Con 100% de aprobación, la nueva serie de Netflix es considerada la mejor adaptación de manga jamás hecha
Sergio Negrete
Sergio Negrete
-Redactor
Mi infancia estuvo repleta de películas de Disney en VHS. Bien podría ser un personaje de 'El diario de Bridget Jones', 'Fleabag' o 'Parks and Recreation'

Si buscas sangre, adrenalina, combates espectaculares y una historia que no te trata como tonto, esta serie tiene tu nombre escrito.

Llevar un libro a la pantalla ya es todo un reto. Ahí están Harry Potter y Los juegos del hambre, dos sagas queridas que superaron la prueba, pero que aún hoy generan debates entre fans sobre qué faltó, qué cambió y qué se pudo hacer mejor. Cuando pasamos de las páginas de una novela al cine, siempre hay algo que se pierde en el camino.

Pero si hablamos de adaptar un manga, la cosa se complica todavía más. El ritmo, el humor, el estilo visual, la exageración y la acción, todo forma parte del ADN de obras como One Piece, Dragon Ball Z, Naruto y compañía. Trasladar eso a un live-action sin caer en el ridículo o la sobreproducción es un equilibrio delicadísimo que pocas producciones logran. Por eso, cuando aparece una adaptación que no solo funciona, sino que logra conquistar a la crítica al cien por ciento, hay que prestarle atención.

El último samurái en pie
El último samurái en pie
Fecha de estreno 2025-11-13
Series : El último samurái en pie
Con Junichi Okada, Riho Yoshioka, Yumia Fujisaki
Streaming

Una serie que nadie vio venir, pero ya está arrasando

Eso es exactamente lo que ocurrió con una nueva serie de acción que, contra todo pronóstico, ha conquistado completamente a la crítica especializada: El último samurái en pie. Basada en el manga homónimo de Shogo Imamura, esta serie de Netflix se ha convertido en la sorpresa del año. Impecable en sus peleas, sólida en su historia y con una atmósfera cruda que engancha desde el primer episodio, El último samurái en pie está siendo llamada "la mejor adaptación live-action de manga jamás hecha".

Netflix

La historia sigue a Shujro Saga, interpretado por Junichi Okada, un guerrero arrastrado al brutal torneo Kodoku. La premisa parece sencilla: los competidores deben eliminarse entre sí para acumular puntos y avanzar a un destino final donde los espera una enorme recompensa económica. Pero como siempre, nada es lo que parece.

El torneo, lejos de ser un ritual honorable o una tradición ancestral, resulta ser una farsa cruel, diseñada para el entretenimiento de políticos ultra ricos. Estos magnates apuestan, celebran y se divierten con las muertes de los participantes como si fuera un juego. Los samuráis no luchan por honor: luchan por sobrevivir al espectáculo perverso que otros disfrutan desde la comodidad de un palco privado.

El live-action que nadie pidió… pero todos necesitábamos

Uno de los puntos más elogiados por los críticos es la variedad de estilos de combate. La serie no se limita a la clásica katana, sino que también incorpora armas tradicionales de distintas culturas, como el arco y la flecha ainu de Hokkaido, creando enfrentamientos únicos, violentos y visualmente memorables.

Netflix

Y también, aunque la acción es el motor principal, la serie se toma el tiempo para mostrar el lado humano de los guerreros. Algunos pelean por dinero, otros por redención, otros simplemente porque no tuvieron alternativa. El torneo es un espejo donde todos terminan revelando sus sombras, sus cicatrices y su pasado.

Ese equilibrio, entre violencia estilizada y humanidad fracturada, es lo que ha llevado a los críticos a considerarla un logro. Mientras muchos estudios siguen tropezando con adaptaciones forzadas de mangas y animes, Netflix encontró en El último samurái en pie un modelo perfecto.

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