En los dos últimos años se ha asumido que Wicked marcó el gran regreso de Hollywood al mundo de Oz, pero la verdad es que Sam Raimi lo hizo antes. En 2013, el director de la trilogía de Spider-Man estrenó Oz, el poderoso, una precuela que buscó renovar el mito del famoso mago mucho antes de que la fiebre por Wicked (protagonizada por Ariana Grande y Cynthia Erivo) conquistara nuevamente al público. Aunque logró una taquilla sorprendente, con el paso del tiempo ha quedado relegada en un rincón inesperado de la memoria colectiva.
La precuela de Oz que Sam Raimi realizó antes del fenómeno ‘Wicked’
Lo curioso es que, cuando la cinta de Raimi llegó a cines, existía una verdadera explosión de proyectos relacionados con Oz. Algunos se quedaron en el camino, como Surrender Dorothy, que habría seguido las aventuras de una descendiente de Dorothy Gale bajo la dirección de Drew Barrymore. Otros simplemente pasaron desapercibidos, como el musical animado Legends of Oz: Dorothy’s Return. En medio de ese panorama saturado, Oz, el poderoso buscó distinguirse como una gran superproducción que aprovechaba el furor del 3D posterior a Avatar.
Walt Disney Pictures
La película, disponible hoy en Disney+, ha dividido tanto a la crítica como al público. Para algunos es un ejercicio fallido; para otros, una aventura menor pero disfrutable dentro del universo Oz. Parte de ese debate proviene de su naturaleza híbrida: “una película del director de The Evil Dead y Spider-Man en la atmósfera de Disney”. Y es que, en términos generales, el filme oscila entre momentos de humor temerario, secuencias inquietantes y pasajes controlados por la maquinaria del estudio.
En el centro de esta historia se encuentra Oscar Diggs, interpretado por James Franco. Es un mago de feria, un embaucador profesional que trabaja en Kansas a inicios del siglo XX. Como Dorothy, llega a Oz tras ser arrastrado por un tornado, aunque su viaje ocurre dentro de un globo aerostático. Al aterrizar, descubre que muchos habitantes creen que él es el mago profetizado que derrotará a la Bruja Malvada del Este. Oscar no tarda en ver la oportunidad de beneficio personal y decide sostener la mentira para ganar riqueza y prestigio.
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‘Oz, el poderoso’: la ambiciosa aventura que el público olvidó demasiado rápido
A partir de esa premisa, Raimi construye una aventura que alterna entre lo lúdico y lo siniestro. No faltan los guiños a Army of Darkness, ni las cámaras inclinadas, la comedia absurda y el cameo obligatorio de Bruce Campbell, elementos que recuerdan al Raimi más juguetón. Sin embargo, a diferencia de sus producciones más personales, el director se enfrenta aquí a un guion que insiste en conectar cada pieza con El mago de Oz, la película clásica de 1939, incluso cuando esas explicaciones resultan torpes, forzadas o francamente simplistas.
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Uno de los aspectos más criticados del filme es su abordaje de la Bruja del Oeste. Su origen, reinterpretado bajo parámetros poco matizados, ha sido señalado como sexista y superficial, especialmente en un contexto donde Wicked ha ofrecido versiones más complejas y emocionalmente ricas de ese personaje. A esto se suma el abuso del CGI, que si bien da vida a un Oz colorido y expansivo, también crea una atmósfera excesivamente artificial.
Hoy, mientras Wicked y su secuela Wicked: por siempre prometen una nueva exploración del universo de Oz para una generación distinta, esta precuela dirigida por Raimi permanece como un recordatorio peculiar: un experimento ambicioso que intentó reimaginar el mito desde la mirada de un director con sello propio, pero que terminó atrapado entre la nostalgia, las expectativas del estudio y la sombra imponente del clásico de 1939.