En 2018, cuando la carrera de Bruce Willis transitaba sus últimos años de verdadera presencia protagónica, el actor sorprendió al colocarse al centro de Deseo de matar, un remake polémico y excesivo. La película, dirigida por Eli Roth, reinventaba el clásico de 1974 de Charles Bronson que había consolidado el arquetipo del justiciero urbano y lo trasladaba a un Chicago más estilizado que brutal.
Relegada en su estreno, criticada con dureza y marcada por un contexto social incendiado por el debate sobre las armas en Estados Unidos, la película pasó prácticamente desapercibida en salas. Sin embargo, siete años después, ha encontrado un nuevo aire en Netflix, donde se posiciona entre lo más visto y genera una ola de revisitas, revaloraciones y controversias renovadas.
Un regreso inesperado de Bruce Willis al centro de la acción
Bruce Willis interpreta a Paul Kersey, un cirujano de vida estable cuyo universo se derrumba cuando tres delincuentes irrumpen en su hogar, asesinan a su esposa y dejan gravemente herida a su hija. Frente a lo que percibe como una ineficaz respuesta policial, Kersey inicia un camino de violencia nocturna que lo convierte en una figura mediática apodada The Grim Reaper.
La versión de Roth retoma la premisa básica de la novela de Brian Garfield, donde se cuestionaba la degradación moral del vigilante. Sin embargo, el remake abandona casi por completo la crítica social y psicológica. Pese a la aparente impotencia inicial del protagonista, la película opta por celebrar sus actos y transforma el relato en un espectáculo de aprendizaje armamentístico, ejecuciones coreografiadas y enfrentamientos que sustituyen la crudeza del original por una estilización cercana a la fantasía de venganza.
Metro-Goldwyn-Mayer (MGM)
La visión de Eli Roth entre sangre, ritmo y polémica
Fiel a su cine, el también director de Hostal y Viernes negro potencia las secuencias de impacto físico, recurriendo a efectos explícitos, torturas visuales y un montaje que invita a la audiencia a disfrutar del dolor infligido a los criminales. Con música de AC/DC acompañando los procesos de entrenamiento y compra de armas, el filme abraza sin reservas la estética de la violencia. Pero esta elección terminó afectando su recepción: muchos críticos señalaron la ausencia de un arco emocional coherente y cuestionaron la irresponsabilidad de glorificar la justicia por mano propia en un país sacudido por tiroteos masivos.
Antes de concretarse bajo la dirección de Roth y el guion de Joe Carnahan, el proyecto tuvo múltiples versiones. En un momento, Sylvester Stallone estaba listo para protagonizarlo y dirigirlo, con un enfoque muy distinto que lo mostraba como un policía que evitaba usar su arma. También existieron intentos con Liam Neeson y Frank Grillo. Tras varias cancelaciones, la película llegó a cines en marzo de 2018, recaudando apenas 49.6 millones de dólares.
Metro-Goldwyn-Mayer (MGM)
‘Deseo de matar’: entre el desprecio crítico y el entusiasmo del público
Mientras la prensa especializada la calificó como aburrida, genérica y carente de ideas (con voces que la describieron incluso como insultante en su simpleza), el público reaccionó de manera muy diferente. Los espectadores encontraron en ella un thriller vigilante directo, contundente y coherente con sus promesas. Muchos destacaron el desempeño vulnerable de Willis, la claridad de sus motivaciones y la efectividad de su violencia estilizada, elementos que contribuyen a que hoy, desde la comodidad del streaming, el filme experimente su revancha.