Tenemos el Año Nuevo a la vuelta de la esquina y aunque muchos aman ver cintas clásicas de la época para cerrar un ciclo e iniciar uno nuevo si tú te sientes modo explorador y quieres algo un poco menos conocido hay una historia de 1995 con Quentin Tarantino y Bruce Willis que podría ser la novedad que buscas.
Se trata de un relato dentro de una película antológica llamada Four Rooms. La cinta apostó por una estructura poco convencional y terminó convirtiéndose en una rareza de culto, especialmente gracias a uno de sus segmentos más tensos y comentados: el de Tarantino.
¿Qué es 'Four Rooms' y The Man from Hollywood?
Four Rooms está compuesta por cuatro historias independientes, cada una situada en una habitación distinta del ficticio Hotel Mon Signor de Los Ángeles y en Año Nuevo. Lo que conecta cada narrativa es el botones Ted (Tim Roth).
Cada segmento fue dirigido por un cineasta diferente: Allison Anders, Alexandre Rockwell, Robert Rodriguez y Quentin Tarantino. El último episodio de la cinta; The Man from Hollywood; quedó a cargo del director de Pulp Fiction y fue de los más aplaudidos por la crítica.
Miramax Films
Este segmento se desarrolla en el Penthouse del hotel donde un grupo de personajes, entre ellos Chester Rush (Bruce Willis), celebra Año Nuevo. Todo gira en torno a una apuesta cargada de tensión: si Norman (Paul Calderon) logra encender un encendedor Zippo diez veces seguidas, ganará el auto de Chester. Si falla, perderá un dedo.
Todo ocurre mientras Ted; elegido como juez; observa, atrapado en una situación que se vuelve cada vez más incómoda, cardiaca y con el estilo violento de Tarantino.
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Una clase de tensión hecha con diálogos y silencios
Four Rooms no fue la película mejor recibida por la crítica pues despertó mayormente opiniones negativas, aunque el segmento de Tarantino específicamente sí fue celebrado. Tanto los expertos como el público han admitido que The Man from Hollywood "el único segmento que realmente se siente como una película completa" y que consigue crear su tensión a base del diálogo y la anticipación construida.
Si este Año Nuevo quieres ver algo distinto, con nervios de punta y una lección de cómo crear una narrativa para morderse la uñas sin recurrir a grandes explosiones, Four Rooms es una gran elección.