Uno de los directores italianos más reconocidos de todos los tiempos, Franco Zeffirelli, falleció hace unas horas a los 96 años en su casa de Roma. “Se ha apagado serenamente tras una larga enfermedad, que se agravó en los últimos meses”, mencionan algunos tabloides de aquel país, y de acuerdo con uno de sus hijos adoptados, no sufrió.
Su legado es importante no sólo por haber adaptado historias religiosas de gran impacto como la de San Francisco de Asis en Hermano sol, hermana luna (1972), que por cierto fue bendecida por el Vaticano, sino por ser fiel admirador de la obra de William Shakespeare. Esa pasión por la obra literaria del autor lo llevó a realizar versiones fílmicas de libros como The Taming of the Shrew (1967), Hamlet (1990) – con Mel Gibson y Glenn Close – pero de manera más significativa Romeo y Julieta (1968), su película más importante.
Esta cinta – nominada para cuatro Oscar – fue trascendental para la época en que llegó a los cines, ya que la crítica y el público idolatraron el trabajo hecho por Zeffirelli, al adaptar de la manera más fiel, hasta la fecha, el material original literario. Lo hizo de forma tan meticulosa que para el proceso de casting convocó a un centenar de adolescentes para encontrar a los intérpretes ideales que encarnaran al par de enamorados. Finalmente, Leonard Whiting y Olivia Hussey fueron los elegidos con 17 y 16 años de edad respectivamente y sus actuaciones ahí fueron recompensadas con un Globo de Oro para cada uno como Mejor actor y actriz emergentes.
Hay una escena de desnudo entre ambos actores que necesitó un permiso del director para filmar a Hussey en topless, ya que era menor de edad, pero lejos de ser un momento de morbo encajó naturalmente con el resto de la trama y le inyectó cierto atrevimiento que fue aplaudido y admirado. Sin embargo, no fue todo lo que la cinta nos regaló para la posteridad, además de las tremendas postales italianas de la cinematografía, la música compuesta por Nino Rota (el genio detrás del tema de El padrino) hasta la fecha sigue resonando en nuestra mente, sobre todo con la melodía “What Is a Youth”. ¡Qué hermosa pieza musical!
Cabe destacar que su nombre original iba a ser Zeffiretti ya que su madre era admiradora de la música de Mozart y lo escogió como el título de una aria de la ópera Idomeneo, sin embargo, en el registro se equivocaron y escribieron Zeffirelli. El también productor de teatro era abiertamente homosexual y, de hecho, odiaba la palabra gay, ya que es “una manera estúpida de llamar a los homosexuales, como si fuesen payasitos inocuos y divertidos” de acuerdo con lo que escribió en su autobiografía. Mantuvo una relación con Luchino Visconti, quien le cambió la vida cuando lo hizo su asistente de dirección en La terra trema (1948). Descanse en paz.