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    'Silencio radio': La historia jamás contada de la censura a Carmen Aristegui

    Rodar este documental significó un verdadero riesgo para Juliana Fanjul y el resto del equipo de producción. Ahora Ambulante lo va a estrenar.

    Una vez que decides levantar la voz por un bien como la justicia y libertad de expresión un complejo mecanismo aceitado por cientos de intereses políticos comienza a respirar. Esto fue parte del reto para Juliana Fanjul, directora del documental Silencio radio, el cual inaugura esta noche el festival Ambulante en su modalidad remota debido a la tan conocida pandemia que nos tiene resguardados en casa.

    Parte de la misión de todo documental es presentar con honestidad una realidad e incitar una digna reflexión en su espectador, de este modo logra entremezclarse el arte con la investigación formal y objetiva. En el caso de Silencio radio habla de los tantos caminos unidos por la injusticia en México encabezados por el despido injustificado de Carmen Aristegui en MVS Radio y cómo fue superando amenazas e intimidaciones después de publicar famosos reportajes como la Casa Blanca y el plagio de tesis del entonces presidente Enrique Peña Nieto.

    Y qué mejor forma de conocer el trasfondo de este documental que hablar con la directora, Juliana Fanjul, con quien tuvimos una profunda charla vía telefónica hasta Suiza, fue así como nos contó de dónde nació la idea por abordar temas sensibles para la historia del país: “Todo empezó con los 43 (estudiantes de Iguala); recuerdo que vi esa imagen en redes sociales de uno de los chicos con el rostro desollado, eso me arrebató las palabras. Fue descubrir el país que quiero.”

    “Unos meses después censuraron a Carmen [Aristegui], yo llevaba escuchando su programa desde que era adolescente, después en la universidad y luego a través de internet cuando me mudé al extranjero para seguir estudiando. Y de repente que desapareciera la voz de Carmen de manera injusta me llenó de rabia.”

    Fue así como aprovechó sus conocimientos cinematográficos y optó por volver a México con una cámara y un micrófono en mano e intentar contactar a Carmen Aristegui, quería seguirla por todas partes y contar su historia para hacerle frente justicia, finalmente había sido voz importante en su vida y en aquel momento unos sentimientos muy particulares habían despertado en ella.

    Nació de un sentimiento de profunda injusticia, rabia y desasosiego.

    Tras la famosa censura de Carmen Aristegui en los medios de comunicación mexicanos el 15 de marzo de 2015, Fanjul tardó dos meses para comenzar la producción de este documental, proceso que le llevó alrededor de cuatro años terminar, en los cuales siguió a todas partes a la famosa periodista y por lo cual -sin esperarlo- se hizo de una serie de amenazas que la pusieron en riesgo.

    “Después que Carmen hizo la denuncia en Washington y en aquella ocasión que fue la primera vez que nos vieron grabando (porque siempre lo habíamos hecho a puerta cerrada), yo sentí la mirada de un par de personas. Dos días después alguien había tratado de abrir mi departamento, por supuesto se crea una correlación, aunque quizá no sea verdad. Había una presión, miedo y quizá una paranoia, pero fundamentada con la muerte de tantos colegas.”

    Esto trajo a su memoria una serie de detalles que terminaron de aclarar la oscura verdad: trabajar en un documental sobre Carmen Aristegui y cómo hizo frente al entonces gobierno de Enrique Peña Nieto traería consecuencias: “Cuando arrancó formalmente nuestro rodaje teníamos un chofer para nuestra camioneta de producción y decidimos cambiar de chofer cada semana para evitar que tuvieran información con respecto a Carmen; invariablemente cada chofer nos llegó a decir: ‘nos están siguiendo’, yo empecé a escribir cuándo eran los momentos que nos estaban siguiendo y siempre coincidió que habíamos estado en un lugar público con Carmen.

    “Pedimos ayuda a la embajada suiza, quien estuvo siempre atenta a que eventualmente nuestro material (un disco duro, una tarjeta, lo que fuera) pudiera llegar a la embajada y viajar por valija diplomática hasta Suiza y proteger esas imágenes; afortunadamente nunca tuvimos la necesidad de hacerlo.”

    Uno de los estandartes de Juliana como realizadora radica en el siguiente pensar: “me interesa el cine como espejo y memoria”, por ello se puso como reto principal lograr abordar la historia de la injusticia y censura en México a través de un tratamiento narrativo que fuera capaz de ser comprendido en su totalidad por el mundo entero. Finalmente el documental fue financiado en su totalidad con fondos de la cultura suiza y debía considerar toda clase de espectadores ajenos a la realidad nacional.

    En la edición yo tomaba el papel de la mexicana y la editora, que nunca ha ido a México, el papel del potencial espectador internacional.

    Y para darle un sello particular -además de valor artístico agregado-, optó por narrar con su propia voz el documental y poco a poco fue convirtiéndose en un valioso ensayo con el que todo mexicano puede conectar debido a su franqueza y valentía. Debido a su interés por el cine-ensayo, Juliana decidió desde la primera fase de creación darle este elemento a su producción: "La única forma de poder contar la historia de la censura de Carmen y su equipo era contando mi propia historia. Me interesa el cine-ensayo, me parece que es la sublimación del cine como arte."

    No olvides que hoy es la inauguración de Ambulante en su faceta desde casa y sólo por hoy podrás ver completamente gratis este documental con sólo dar click aquí; además en punto de las 9 p.m. podrás ver en la página del festival una sesión de preguntas y respuestas con Carmen Aristegui y Juliana Fanjul, moderada por Diego Luna, cofundador de Ambulante.

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