¿De verdad podemos decir que perdimos un año? Cientos de cosas importantes han pasado y el contagio no ha podido parar las buenas noticias, como lo demostró John Krasinski en su noticiario Some Good News; tampoco pudo frustrar las que cambian al mundo, como la legalización del aborto en Argentina. Por su parte, la industria del cine ha tomado medidas drásticas y no estoy muy segura de poder incluirlas en las buenas noticias o en las que cambian al mundo, más bien las pondría en la de los golpes bajos.
El mundo cambió, pero el entretenimiento nos acompañó todo este tiempo. Para mí fue casi imposible soportar la monotonía del home office (que, reconozco, es fruto de un privilegio) sin cine y series. Para el 2020 elegí como favorita Pienso en el final, de Charlie Kaufman. La película, basada en el thriller literario de Iain Reid se convirtió en una de las primeras en provocarme nuevamente interés por el cine en casa. A ella le siguieron Never, Rarely, Sometimes, Always, una de las grandes sorpresas del año y She Dies Tomorrow, una increíble alegoría sobre los ataques de ansiedad.
En cuanto a las series, la que se coronó como mi favorita es I May Destroy You, una serie original de HBO escrita, dirigida y producida por Michaela Coel; una producción que te obliga a reflexionar, no sólo sobre el abuso sexual, sino sobre toda clase de abusos que cometemos sobre los demás de manera, a veces, inconsciente.
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