Imagina esto: descubres que tu pareja te está engañando, pero ¿qué pasaría si en lugar de perder la cabeza y comer un litro de helado de chocolate, mejor unes esfuerzos con la otra persona afectada para recuperar al amor de su vida? Al menos esta es la historia de Ni tuyo, ni mía, película mexicana que se filmó entre las calles, el tráfico y los olores de la Ciudad de México. Por su estreno en cines, conversamos con su directora Sandra Solares y los protagonistas Alejandra Barros y José Fors, quienes compartieron con Sensacine México sus experiencias.
La historia sigue a Roberto (Tony Dalton) y Amanda (Barros), una pareja adinerada y monótona cuya rutina cambia por completo cuando él conoce a Lía, una bella bailarina de flamenco que lo enamora con su vitalidad. Al descubrir esto, Amanda toma la decisión de formar una alianza con la persona menos pensada: Diego (Fors), un músico callejero que toca frente a su oficina y que, casualmente, es pareja de Lía.
Actualmente estamos acostumbrados a escuchar que los rodajes se llevan acabo en enormes sets mientras utilizan pantallas verdes de fondo, y no estamos hablando exclusivamente de película de Marvel Studios o DC Entertainment; la comedias románticas también suelen usar estos recursos, por ello Sandra Solares, quien debuta como directora de un largometraje con esta cinta, nos contó por qué era tan importante para ella llevar sus cámaras y su equipo de producción a sortear los retos que las coloridas y ruidosas calles de la Ciudad de México arrojaban hacia ellos.
"Para mí era importante tener los colores de la ciudad, el ambiente y los exteriores, entonces la tuvimos que explorar y a veces peleando con el tráfico o con la gente que volteaba a cámara. En El Chopo hubo momentitos que ya no pudimos evitar que miraran directamente, ya era demasiado, íbamos en la toma 14, pero la gente se portó muy muy bien."
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La Ciudad de México es una de las más grandes en el mundo y concentra toda clase de actividades y comercios en el centro, especialmente en los alrededores de la Plaza de Santo Domingo, una de las locaciones principales de esta producción. Por ello, Alejandra Barros, a quien recordamos en películas como No eres tú, soy yo y Seres: Génesis, nos compartió su experiencia entre llamados en la madrugada y los variados aromas de la ciudad.
Jaibol Films
"Era madrugar mucho porque para lograr las tomas en la Plaza de Santo Domingo, ¡híjole, teníamos que llegar ultra temprano! Junto a eso, hubo una época en el centro donde cortaban el agua por horas y horas, entonces era denso llegar temprano, los olores, el ambiente que se respiraba."
Y luego nos ganaba la luz, entonces las tomas que eran de día, igual podías jugar un poco con la cámara y que iluminara un poco más, pero los coches empezaban a prender sus luces, entonces eso te hunde, fue retador. Filmar en esta ciudad es caótico.Versión restaurada de 'Amores perros' llegará a Netflix para celebrar el Día Nacional del Cine Mexicano
RUIDO DESESPERANTE DE AVIONES
Por otra parte, José Fors, vocalista de la banda Cuca, debuta como actor en esta comedia romántica para encontrar que la zona del aeropuerto de la Ciudad de México es su verdadera kryptonita. La casa de su personaje, Diego, se encontraba muy cerca de estas pistas, por ello cada vez que pasaba un avión, la producción debía detenerse por completo a causa del estruendoso ruido de las turbinas.
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Los aviones, no, no… para mí eso fue lo peor, lo más desesperante del mundo. Estábamos cerca del aeropuerto y en cuanto terminaba de pasar un avión ¡corrían cámaras! Y generalmente tocaba el avionazo.
Con esta ronda de testimonios por parte de Sandra Solares, Alejandra Barros y José Fors, ahora queda más claro que nunca la variedad de retos a los que se enfrentaron mientras filmaban esta película. Ni tuyo, ni mía ya se encuentra en cines de nuestro país.
