La fórmula del detective (o comandante) con tintes nihilistas, que desayuna, come y cena whisky, y que tiene serios problemas con las mujeres la hemos visto ya en distintas películas y novelas literarias. Pero en Sin dejar huellas, el director Érick Zonca (Francia, 1956), eleva al cuadrado todas estas características en su protagonista, el comandante Francois Visconti (interpretado por Vincent Cassel), provocando que éste termine siendo un cliché pero... ¡qué excelente cliché es Cassel!
Después de 10 años, Zonca regresa al cine con Sin dejar huellas, inspirada en la novela Fleuve Noir de Jean-Luc Pierre Ménard. El regreso del cineasta provocó mucha expectativa, en parte porque se le recuerda como uno de directores promesa de finales de los años 90, gracias a su largometraje debut, La vida soñada por los ángeles, un dramón que estuvo en la sección oficial del Festival de Cannes, en 1999,
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