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    The Rhythm Section
    Críticas
    2,0
    Pasable
    The Rhythm Section

    Lástima de buen reparto

    por Iván Romero

    The Rhythm Section, dirigida por Reed Morano tuvo su paso por el Festival de Cine Sundance el pasado enero, obteniendo una recepción mayormente negativa. La cineasta detrás de la película tiene en su haber un pequeño filme llamado I Think We’re Alone Now, protagonizado por Elle Fanning y también ha dirigido algunos episodios del seriado The Handmaid’s Tale, pero definitivamente hay que mencionar su larga trayectoria como fotógrafa en innumerables videos, incluidos el álbum visual Lemonade de Beyoncé, algunas series y otras cintas menores, por lo que su nuevo trabajo prometía impulsar en más de un sentido su carrera.

    Cierto es que hay varios aspectos que destacan en su película, características que Morano reunió para crecerlo, aunque la trama que escogió (obra del escritor Mark Burnell) definitivamente le jugó una mala broma, ya que, a pesar de que existen intenciones de crear un personaje femenino imperfecto, pero sólido y luchador, nada más hay un triste bosquejo cuyas acciones rayan en lo ridículo y desperdician el talento de los actores y actrices involucrados.

    El largometraje presenta de inicio a Stephanie Patrick (Blake Lively), una mujer rota y en la más profunda de las depresiones, después de que, en un atentado terrorista, su familia muriera al desplomarse el avión en el que se encontraban. Por razones del destino, ella decidió no tomar el vuelo y eso se convirtió en una enorme carga. Su poca cordura lleva a la chica a investigar quién es el terrorista detrás del percance, teniendo un maestro del espionaje llamado Iain Boyd (Jude Law), quien la preparara para convertirse en una máquina del engaño y las peleas. Stephanie no descansará hasta vengar la muerte de su familia.

    No es una película de Liam Neeson, pero podría etiquetarse sin problema como parte de la franquicia Taken sin chistar. Primero tomemos en cuenta los puntos positivos como la química explosiva entre Jude Law y Blake Lively, la cual se ve interrumpida por caprichos de un guion que quiere poner a la actriz en múltiples escenarios, convirtiéndola, sin menor explicación o desarrollo, en un arma letal.

    Si algo vale la pena aquí son estos dos intérpretes en escena. Lively lo hace realmente bien y se le aplaude el compromiso con sus personajes y arriesgarse a tomar papeles fuera de la comodidad en la que fácilmente podría encasillarse. Es cierto, no olvidamos a su Serena de la serie que la lanzó a la fama: Gossip Girl, pero de encontrar mejores proyectos el camino para la chica es largo y prometedor. Por parte de Jude Law, su personaje sirve de complemento para un pasaje en el viaje de la protagonista que, sin duda, es lo mejor del filme, aunque se queda algo corto, otra vez, por culpa de un libreto torpe, atropellado y de fórmula.

    Como cinta de acción se queda a medias, a pesar de que es ágil y dentro de los pocos cumplidos, podría decirse que es un producto que pasará rápidamente para el espectador. Como largometraje de espionaje no tiene las piezas suficientes, por no decir ninguna, para etiquetarlo de tal manera. Como drama fracasa, ya que está lleno de hoyos argumentales y es sumamente ilógico. Y como retrato femenino, podemos decir que la protagonista, cual mujer fatal como de pronto la quieren representar, pasa de pelucas tan rápido que se olvida cuáles son sus motivaciones y cómo puede adelantarse a situaciones que ni el mismísimo James Bond podría hacer. Su recibimiento en Sundance fue merecido y realmente resulta una pena; Lively y Law merecían un mejor filme.

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