La cinta, como su antecesora, es autofinanciada por una de las empresas de Edir Macedo, lo que ha acumulado críticas por señalar que se trata de una autoglorificación y no una película biográfica.
Edir Macedo fue pieza fundamental en las elecciones de Brasil, de 2018, ratificando su apoyo al que sería ganador, Jair Bolsonaro.