A principios del siglo XX, a la edad de ocho años, el pequeño Howard Hughes aprende a deletrear con la ayuda de su madre, quien, educada bajo ciertos parámetros y creencias, la primera palabra que le enseña es “cuarentena”, advirtiéndole sobre un brote infeccioso de cólera en el país, mismo que ella cree acabará con la humanidad. Años después, Howard se ha convertido en uno de los primeros millonarios norteamericanos, propietario del afamado estudio cinematográfico R.K.O., productor de centenares de películas que crearon figuras icónicas de Hollywood, además de producir sus propios largometrajes con el mismo. Pero su mayor ambición estaba en el cielo, en los vuelos, en los aviones, quien luego de gastar enormes fortunas en prototipos aéreos, logró fundar la aerolínea Transcontinental & Western Air que sería rival directa de la conocida e histórica Pan Am. Involucrado sentimentalmente con diferentes actrices, Hughes fue una figura polémica y multifacética, quien conseguiría contratos militares para crear aviones espías y de carga pero que también enfrentó acusaciones del Senado sobre sus practicas monopólicas. El Aviador es uno de los trabajos más sorprendentes de Martin Scorsese.