‘Soy Frankelda’ y 5 fascinantes películas animadas en stop-motion perfectas para ver este fin de semana
Luis Fernando Galván
Interesado en las religiones del mundo y especialista en arte sacro medieval, mis géneros favoritos son las épicas de fantasía al estilo 'El señor de los anillos', 'Valhalla Rising' y 'El caballero verde', así como el terror religioso de 'El exorcista', 'Saint Maud' y '30 monedas'.

Desde casas encantadas hasta criaturas extrañas, estas películas en stop-motion transforman la animación en un viaje hipnótico y oscuro. Descubre historias de fantasía y un poco de horror que sorprenden por su originalidad y detalle visual.

El stop-motion es una de las técnicas de animación más cautivadoras del cine contemporáneo. Con su mezcla de artesanía, paciencia extrema y una estética que combina lo lúdico con lo inquietante, ha dado vida a historias que han marcado generaciones. Ejemplos destacados como El fantástico señor zorro de Wes Anderson, Anomalisa de Charlie Kaufman y Pinocho de Guillermo del Toro demuestran cómo esta técnica puede desplegar mundos visuales singulares y emocionalmente poderosos.

En los últimos años, el stop-motion ha experimentado un renacimiento creativo gracias a nuevas propuestas que exploran el horror, la fantasía oscura y la reinvención del mito. Su capacidad para dar textura a lo monstruoso y lo maravilloso lo convierte en un lenguaje ideal para abordar los miedos más íntimos sin perder la magia del cine animado. Cada pieza, moldeada a mano, recuerda que la animación también es un acto de presencia y materialidad.

En este contexto, México se ha sumado a la conversación con proyectos que expanden la identidad del género, entre ellos Soy Frankelda, una extraordinaria película que surge de la serie Los sustos ocultos de Frankelda que celebra el espíritu de los relatos de fantasmas y el cine de terror clásico. Para este fin de semana, además de la película de los hermanos Ambriz que ya se encuentra en Cinépolis y Cinemex, seleccionamos cinco fascinantes películas animadas en stop-motion que, junto a Frankelda, garantizan un maratón lleno de criaturas, pesadillas y fantasía en su forma más artesanal y para toda la familia.

‘Coraline’

Laika Entertainment

Dirigida por Henry Selick y basada en la novela de Neil Gaiman, Coraline sigue a una niña curiosa que descubre una puerta secreta hacia una realidad alternativa donde todo parece ideal: padres atentos, comida deliciosa y un mundo lleno de magia. Sin embargo, ese universo perfecto esconde una presencia siniestra que pretende robar su identidad, comenzando por sus ojos. La película se convierte en un viaje oscuro de valentía infantil y autoconocimiento.

Visualmente, Coraline es un despliegue de imaginación y atmósferas vibrantes que aprovechan al máximo las posibilidades del stop-motion. Su estilo gótico y detallado convierte lo cotidiano en algo perturbador, jugando con la iluminación y la textura para marcar el contraste entre lo real y lo fantástico. Es un cuento de terror para toda la familia que demuestra que la fantasía también puede aterrar cuando nos invita a enfrentar los propios miedos.

‘ParaNorman’

Laika Entertainment

ParaNorman narra la historia de Norman, un niño que puede ver y comunicarse con los muertos. Su don se convierte en la última esperanza para salvar a su pueblo cuando una antigua maldición se desata, trayendo de vuelta a un grupo de zombis que amenazan con sembrar el caos y el miedo. La película combina humor y ternura con elementos de horror, ofreciendo una mirada empática hacia aquello que es considerado diferente.

El estilo visual de ParaNorman explota el potencial expresivo del stop-motion con personajes de rasgos caricaturescos y escenografías llenas de personalidad. La utilización de colores sombríos, diseños asimétricos y movimientos imperfectos refuerza la atmósfera inquietante. El resultado es una aventura que celebra la aceptación y el coraje, perfecta para unir risas y sustos frente a la pantalla.

‘Frankenweenie’

Walt Disney Pictures

Tim Burton reimagina en formato de largometraje su propio cortometraje de los años 80 para contar la historia de Victor, un niño que revive a su perro Sparky tras un accidente. Inspirada directamente en el mito de Frankenstein, la película aborda el duelo, el amor y los riesgos de desafiar los límites de la vida. Su humor y su sensibilidad emocional la convierten en una de las propuestas más entrañables del director.

Aunque estrenada en plena era del cine digital, Frankenweenie recupera el encanto de las películas clásicas de terror gracias a su fotografía en blanco y negro y su animación artesanal. Cada escena remite a la tradición del horror gótico, donde las sombras y los contrastes potencian el misterio y la nostalgia.

‘The Boxtrolls’

Laika Entertainment

Esta producción de Laika se centra en Eggs, un niño criado por unos curiosos seres que viven bajo la ciudad: los Boxtrolls, criaturas tiernas que se esconden en cajas de cartón y son injustamente perseguidas por humanos. La historia aborda temas como la discriminación, la pertenencia y el poder de la identidad en un mundo que teme a lo desconocido.

The Boxtrolls destaca por su elaborado diseño de personajes y su ambientación victoriana, llena de engranajes, objetos reciclados y callejones oscuros. La animación stop-motion aporta una textura única a los personajes, que se mueven entre lo adorable y lo grotesco. Es un cuento fantástico con una estética singular y un mensaje luminoso sobre el valor de ser uno mismo.

‘El cadáver de la novia’

Warner Bros.

En El cadáver de la novia, un matrimonio accidental entre un joven y una novia muerta desencadena una aventura romántica entre los reinos de los vivos y los muertos. Con una narrativa que combina humor, tragedia y romanticismo gótico, la historia reflexiona sobre la libertad, el amor y el destino. La música de Danny Elfman añade un toque emocional inolvidable.

Su estética es uno de sus mayores encantos: la animación stop-motion convierte a la muerte en un espectáculo colorido y expresivo, mientras que el mundo de los vivos se representa con tonos más apagados y rígidos. Este contraste visual refuerza el tono melancólico de la película y le da una identidad propia dentro del cine fantástico familiar.

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