Después de mucha anticipación, la adaptación de la novela de Casey McQuiston ya llegó a la plataforma de streaming Amazon Prime Video. Protagonizada por Taylor Zakhar Perez y Nicholas Galitzine, Rojo, blanco y sangre azul muestra la historia de Alex Claremont-Diaz, el hijo de la primera mujer presidente de los Estados Unidos de América, y el Príncipe Henry, uno de los integrantes de la familia real británica. Tras su estreno la semana pasada, esta producción ha desatado la euforia entre los espectadores por la interacción entre ambos actores.
Las audiencias han expresado su entusiasmo de ver historias LGBTQ+ como Heartstopper y Rojo, blanco y sangre azul llegar a la pantalla, ya sea de cine o televisión, pues cada vez hay menos tabúes en el medio audiovisual con respecto a dicha comunidad. Desde hace algunos años ha comenzado ha normalizarse ver historias no heteronormativas en las producciones, pero las escenas de sexo aún continúan siendo un tema de debate sobre si deberían aparecer en los largometrajes o no.
A lo largo de la película realizada por Matthew Perez, vemos cómo florece el amor entre Alex y Henry, desencadenando eventualmente en una relación secreta que no se queda en la distancia, sino que también muestra su contacto físico y sexual. Galitzine confesó anteriormente que, al identificarse como heterosexual, no le fue incómodo filmar dichas escenas con su coestrella, pues era necesario que la química entre ambos fuera perceptible por los espectadores.
Pero claro, nada de eso hubiera conseguido el resultado obtenido sin la orientación de un coordinador de intimidad. Fue Robbie Taylor Hunt quien se encargó de trabajar con los dos protagonistas para cualquier escena íntima que tuvieran que interpretar. El especialista también ha trabajado en el mismo campo en la película Pearl y la serie de Netflix You, así que tiene bastante experiencia, además de que se ha enfocado en sexo queer dentro del cine.
Amazon Prime Video
Desde la escena en la alberca, que es más íntima en términos sentimentales, hasta las escenas donde ambos tienen relaciones sexuales por primera vez, Hunt trabajó con Galitzine y Perez para no caer en alguna representación equivocada sobre los encuentros sexuales, así como para no mostrar retratos estereotipados de la comunidad LGBTQ+. De acuerdo con él, le encantaría tener una escena de sexo de cuatro horas en la que pueda abordar el íntimo encuentro en su totalidad y no solo la culminación del acto, pero a veces hay que recurrir a otros elementos para compartir en poco tiempo la conexión que los personajes sienten entre ellos.
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“Hablamos en términos de ritmo, palpitaciones, suspiros, contacto visual y cambios de energía que son los que muestran un momento gratificante entre dos personas. Creo que a veces la gente piensa ‘Esto no es necesario’, pero mucho del desarrollo de los personajes y su historia sucede dentro de estos momentos sexuales”, reveló Hunt a The Hollywood Reporter, agregando que aprendemos mucho de las personas, especialmente de la comunidad queer, gracias a estas escenas. ¿Estás de acuerdo con ello?
