Harry Potter marcó la carrera de sus jóvenes protagonistas e inmortalizó a Daniel Radcliffe, Emma Watson y Ruppert Grint como los famosos magos. Pero incluso fuera de Hogwarts, los actores aún recuerdan algunas de las lecciones que aprendieron en el colegio de magia y hechicería, así lo demostró Tom Felton, intérprete de Draco Malfoy, quien a pesar de las normas del Ministerio de Magia, decidió poner en práctica sus trucos magia con un resultado un poco desastrozo.
Se trata de un divertido e ingenioso comercial de Uber eats, en el que el actor de El planeta de los simios: (R)evolución vuelve a poner el alto a la Casa de Slytherin, pero a diferencia del Mundo Mágico su varita no le es entregada por Garrick Ollivander (John Hurt), sino por la famosa compañía. Solo basto con escribir "Magic" en la app para recibir su pedido especial: la clásica bolsa verde de la que sale flotando una varita, la cual no esta fábricada con madera de espino y mucho menos con un núcleo de pelo de unicornio, en cambio luce como la de cualquier mago de feria.
En cuanto la tiene en sus manos, Felton no duda en poner en práctica los hechizos que profesores como McGonagall (Maggie Smith) o Snape (Alan Rickman) le enseñaron durante su formación en Hogwarts. Cualquiera en esa situación habría pronunciado hechizos como "Wingardium leviosa" o "Accio", pero absorbido por la magia del momento, el actor solo agitó la varita sin saber que ese leve movimiento desintegraría a su desafortunado vecino, quien luego de verlo desaparecer la bolsa de entrega, le pide ayuda para desaparecer su basura.
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El heredero de los Malfoy entra en pánico y finge que nada ocurrió, pero los vecinos comienzan una búsqueda imparable por Jim Murray, el pobre hombre. Felton es consumido por la culpa y un video revelará que él es el culpable, por lo que minutos más tarde es arrestado por la policía. Ni el Ministerio de Magia había llegado tan lejos.
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De pronto el anuncio es interrumpido con el texto: "Magia no, Ice Magic si", una divertida manera de promocionar un chocolate para helados. La propuesta enloqueció a los fanáticos quienes se emocionarón de ver una vez más a Felton haciendo magia, pero tal parece que ya perdió un poco de práctica. Ser mago no es tan divertido como J.K. Rowling nos hizo pensar.
