El exitoso drama histórico de Peter Morgan, The Crown, llegó a su fin y con ello Netflix también dijo adiós a una maravillosa producción que tomó mucho de su inspiración de la Familia Real.
Desde 2016, la propuesta de Morgan nos mostró similitudes y diferencias entre la ficción y la realidad, pero sin lugar a dudas también nos entregó a uno de lo personajes más emblemáticos tanto para la cultura pop como para su propia historia; el de Lady Di.
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Y es que sin lugar a dudas Diana Frances Spencer, mejor conocida como Lady Di o la princesa de Gales, es una de las mujeres más fascinantes de la historia moderna, ya que tanto su altruismo como su comportamiento no solo la llevaron a ganarse el corazón de Inglaterra, sino que con su muerte nos dejó en claro que los intereses de la corona nunca han sido un juego.
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Gracias a su rebeldía, Diana de Gales se volvió una fuente de luz que erradicó las más oscuras costumbres de la monarquía británica y así, tras abdicar de sus deberes reales y decidir divorciarse de su esposo, el ahora rey Carlos III en 1996, realizó una afrenta que ha seguido dando de qué hablar hasta por más de tres décadas.
Como es lógico, la ruptura no llegó de la nada sino que tuvo mucho que ver con las grandes exigencias que la casa real impuso en más de una ocasión sobre la casa Spencer, y con una problemática amorosa tan antigua como la humanidad: el engaño.
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En 1981 el príncipe Carlos y Lady Di contrajeron nupcias bajo el cálido sol de verano y más tarde, como la tradición lo esperaba, tuvieron a los sucesores al trono con el nacimiento de Henry y William de Gales.
Pese a que todo parecía idílico para la familia real, en menos de 10 años la princesa comenzó a venirse abajo mientras su esposo, el príncipe, sostenía una íntima y extraña relación con quien ahora es la reina consorte Camila Parker Bowles, mejor conocida como Camilla de Cornualles.
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Tras confirmar que los sentimientos de su esposo habían cambiado, Diana logró divorciarse en 1996, pero dos años antes durante una entrevista hecha por televisión nacional, el príncipe Carlos aceptó públicamente que había cometido un infidelidad en su matrimonio y brindó su propia versión sobre su realción con la princesa.
Como ese mismo día Diana estaba invitada a una fiesta de Vanity Fair en la Serpentine Gallery de Londres, Spencer decidió manifestarse a su forma y entonces cambió su vestuario a la última hora, pasando de un diseño de Stambolian a uno de Valentino, el cual consistió en un ceñido vestido negro con los hombros al aire que para la Corona jamás habría sido digno de portar por alguien de la realeza.
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La icónica prenda que más tarde se volvió parte del ideario popular fue catalogada como "el vestido de la venganza" por la prensa especializada en moda y así tanto la noticia de la infidelidad como el ingenio de Diana alcanzaron tal magnitud que la imagen de la princesa volvió a tener todo el interés de la prensa.
Ahora, a casi tres décadas de su estreno, dicho vestido es una referencia obligada para todas aquellas mujeres que han padecido la herida de la traición y el engaño tanto en sus relaciones afectivas como maritales.
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Respecto a The Crown, la palabra sobre esta emblemática prenda la tomó nadie más y nadie menos que Amy Roberts, la encargada de vestuario de la producción y quien dijo que "se trató de una elección atrevida para la princesa, teniendo en cuenta que a la realeza no se le aconseja vestir de negro".
"Se considera fúnebre y el vestido era muy escotado, con los hombros al descubierto. Fue una auténtica sensación... Todas las mujeres se sentirían así (estando en esa situación]: "Oye, me traicionaste. Pues que te den"", explicó Roberts en una entrevista Vanity Fair en la que añadió "creo que todo el mundo pensó: "Eso es, bien por ti, Diana'. Puedes sobrevivir a eso y lucir absolutamente sensacional". "Ella quiso acaparar todas las miradas, y lo consiguió", sentenció la también ganadora de un Grammy por su talento.
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Ahora bien, desde 1996, una larga lista de celebridades han recreado la memorable escena en la vida de Diana, cerrando con impresionantes vestuarios los ciclos de violencia, traición y desamor padecidos en su propia historia.
Entre estas mujeres poderosas podemos encontrar nombres como Kate Moss, Rihanna, Gigi y Bella Hadid, Gwyneth Paltrow, Jennifer Aniston, Reese Whiterspoon, Jennifer Garner, Nicole Kidman, Taylor Swift y hasta Eva Longoria.
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"Estoy pasando por un momento muy difícil y la presión es seria, viene de todos lados. A veces es demasiado difícil mantener la cabeza en alto y hoy estoy de rodillas, anhelando que este divorcio se lleve a cabo ya que el posible costo es tremendo", escribió Diana en una carta de 1996 para disculparse por su ausencia a una noche de ópera.
Casi 30 años después en una apología a Spencer, Rihanna mencionó en la Fiesta de Navidad de Vogue de 2017 que "cada vez que un hombre te engaña, te trata mal o te hace sentir mal, tienes que tener un vestido de venganza" y que eso es algo que "todas las mujeres saben".
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Y es que más que el vestido, "la idea de que incluso la Princesa Diana pudiera haber desaparecido en un momento de tal soledad como lo haría cualquier mujer común (al sufrir un engaño y luego un divorcio)", pero en su lugar decidir salir al mundo de esa forma, "con confianza en sí misma (y usando un vestido de tal magnitud) que dejó a más de uno boquiabierto" es una verdadera rebelión... Larga vida y hasta siempre, Lady Di.
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