The Last of Us, basada en el célebre videojuego de Naughty Dog, continúa su historia cinco años después del desgarrador final de la primera entrega. Con nuevas emociones, decisiones difíciles y un mundo cada vez más hostil, el relato nos presenta ahora a un tipo de infectado que ha despertado gran intriga entre los fans: los Stalkers.
Durante el primer capítulo de la segunda temporada, titulado Días futuros, Ellie se une a una patrulla que explora los alrededores del asentamiento donde vive con Joel. En su camino, descubre algo aterrador: una infectada que no la ataca de inmediato, sino que se oculta, observa y espera el momento perfecto para atacar. A diferencia de los infectados impulsivos que conocíamos, este nuevo enemigo parece tener una estrategia.
Naughty Dog
En el universo de The Last of Us, la infección provocada por el hongo Cordyceps atraviesa diferentes fases de evolución. Los Stalkers representan la segunda etapa del proceso, posterior a los Runners. Los Runners son los infectados más recientes. Atacan de forma caótica, guiados por el instinto.
Stalkers aparecen tras al menos dos semanas de infección. Su nombre proviene de su comportamiento: acechan, se esconden en la oscuridad y atacan por sorpresa. Son más inteligentes y letales, capaces de mantenerse inmóviles o en estado de reposo hasta detectar a su presa.
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Este tipo de infectados representa un cambio radical en la amenaza que enfrentan los protagonistas. Son menos visibles, más calculadores y su sigilo los hace aún más peligrosos. Ellie y Dina, al investigar sobre ellos, descubren que no solo se enfrentan a una nueva mutación, sino a una evolución en la inteligencia del hongo.
Con esta nueva entrega, The Last of Us nos sumerge aún más en el horror y la evolución de un mundo devastado por la infección. Los **Stalkers** ya se perfilan como una de las amenazas más escalofriantes, no por su fuerza bruta, sino por su paciencia y su estrategia.