Hace tres décadas se estrenaba una película que, aunque fue despreciada por la crítica, marcó a toda una generación de niñas. Doble de amor, protagonizada por Mary-Kate Olsen y Ashley Olsen, se convirtió en un clásico de las pijamadas y una pieza fundamental del imaginario infantil de los 90. Hoy, disponible en Netflix, esta comedia inspirada en El príncipe y el mendigo de Mark Twain resurge como un retrato entrañable, rebelde y sorpresivamente progresista de la infancia femenina.
La historia gira en torno a Amanda, una niña huérfana de Nueva York, y Alyssa, la hija de un millonario, que descubren que son idénticas y deciden intercambiar vidas. Lo que parece una aventura inocente da paso a una comedia familiar con tintes sociales, que reflexiona sobre el rol de la mujer, las diferencias de clase y los vínculos afectivos más allá del vínculo sanguíneo. Todo esto bajo una fórmula de humor y ternura que se apoya en las interpretaciones carismáticas de las Olsen.
Dualstar Entertainment
A 30 años de ‘Doble de amor’: nostalgia, rebeldía y la película que marcó a una generación
El guion fue escrito por Deborah Dean Davis, quien se inspiró en su propia experiencia como madre soltera para dar vida al personaje de Diane, la trabajadora del orfanato interpretada por Kirstie Alley. Davis cuidó cada detalle del guion, incluso consultando a las propias gemelas sobre lo que querían en la película: caballos, un perro, y mucho sentido del juego. Ese enfoque personal y sensible fue lo que permitió que muchas niñas se sintieran representadas en pantalla.
Aunque en su momento la crítica la tachó de "inofensiva" o "cursi", la película se adelantó a su tiempo al poner en el centro a una mujer soltera que quiere adoptar, un millonario vulnerable que prioriza el bienestar de su hija y dos niñas que, lejos de pelear entre sí, se alían para unir a los adultos que admiran. Incluso hoy, Doble de amor resiste el paso del tiempo con un mensaje que sigue siendo poderoso: la familia se elige, y la autonomía femenina no necesita justificación.
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La película también es testimonio del poder empresarial de las Olsen. Aunque no figuraron como productoras en este filme, Doble de amor fue uno de los primeros títulos de Dualstar Entertainment, la compañía que fundaron con apenas seis años. Con ella construyeron un imperio que combinaba cine, moda, juguetes y libros, mucho antes de que se hablara abiertamente del empoderamiento femenino en la industria.
La dirección de Andy Tennant, que más tarde filmaría éxitos como Sweet Home Alabama y Ever After, logra equilibrar la comedia física con momentos de intimidad emocional. Las escenas entre Kirstie Alley y Steve Guttenberg son tan entrañables como ridículas, y aunque el final es predecible, funciona gracias a la química entre sus protagonistas. El resultado es un filme que, lejos de ser solo “para niñas”, ofrece diversión y emoción para cualquier espectador dispuesto a mirar más allá del envoltorio rosa.