Antes de convertirse en uno de los actores más versátiles y respetados de su generación, Christian Bale ya había dejado claro desde joven que tenía un talento fuera de lo común. Su carrera comenzó a una edad temprana, y su gran debut llegó cuando apenas tenía 13 años, en una de las producciones más ambiciosas de Steven Spielberg: Empire of the Sun.
Bale nació en Gales en 1974 y creció entre Inglaterra, Portugal y California. Su entorno multicultural y artístico -su madre era bailarina de circo- lo expuso desde pequeño al mundo del espectáculo. A los ocho años ya hacía comerciales, y poco después debutó en el teatro en una obra junto a Rowan Atkinson (el famoso Mr. Bean), donde empezó a llamar la atención por su presencia escénica natural.
Warner Bros.
Sin embargo, la oportunidad que marcaría su despegue llegó cuando Spielberg buscaba al protagonista para Empire of the Sun, que es una historia épica ambientada en la Segunda Guerra Mundial sobre un niño británico atrapado en un campo de prisioneros en Shanghái. Durante al audición, Bale fue elegido entre más de 4 mil aspirantes, para interpretar a Jim en un papel intensamente emocional que demandaba una madurez actoral poco común para alguien de su edad.
Su actuación fue aclamada por la crítica, y a pesar de no recibir nominaciones importantes, muchos reconocieron que su interpretación sostenía casi toda la película y mostraba un rango dramático impresionante. Sin embargo, el éxito temprano también tuvo su lado oscuro: el repentino salto a la fama fue tan abrumador para el joven Bale que consideró dejar la actuación en más de una ocasión.
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Afortunadamente no lo hizo, y tras unos años de papeles más discretos, Bale consolidó su carrera en la adultez con una serie de transformaciones físicas y emocionales que lo convirtieron en un actor de culto. Desde American Psycho y The Machinist, hasta su icónico papel como Batman en la trilogía de Christopher Nolan, su trayectoria ha sufrido una constante evolución artística.
Hoy en día, Christian Bale es reconocido no solo por su entrega radical a los personajes, sino también por su capacidad de desaparecer completamente dentro de cada rol, pero jamás olvidaremos que todo comenzó con un niño de 13 años enfrentando las cámaras de Spielberg, demostrando que el talento genuino puede brillar desde muy temprana edad.