Después de dos décadas sin protagonizar una película, Andrea Legarreta regresó, en 2019, a la pantalla grande con Mamá se fue de viaje, una comedia familiar mexicana que ya se encuentra disponible en Prime Video. Aunque no es una obra maestra del cine nacional y está llena de imperfecciones, sí cumple con la función básica de entretener; ideal para una tarde sin mayores expectativas y con un tazón de palomitas al alcance. Su tono ligero y predecible puede ser justo lo que necesitas para desconectarte del estrés laboral.

Así es la comedia mexicana que adapta un éxito argentino y que puedes ver en casa
Basada en una exitosa cinta argentina del mismo nombre, la historia gira en torno a Cassandra (Legarreta), una madre agotada que decide tomarse unas vacaciones y dejar a su esposo Gabriel (Martín Altomaro) a cargo de sus tres hijos y de la caótica vida doméstica. Como era de esperarse, las cosas se salen de control y el padre, totalmente inexperto, se enfrenta a una rutina que nunca imaginó. El guion sigue todos los clichés del género, pero lo hace con una estructura clara y sin mayores pretensiones.
Andrea Legarreta, recordada por su trayectoria en televisión con programas como Hoy y por películas como La segunda noche o Nada que ver, aporta carisma y familiaridad a su papel, aunque su personaje no se aleja demasiado del estereotipo. Por su parte, Martín Altomaro, conocido por Soy tu fan y Madre solo hay dos, encarna al típico padre despistado con una buena dosis de torpeza exagerada. Ambos sostienen la historia con solvencia, aunque sin grandes momentos memorables.

Uno de los aspectos criticables de la cinta es su producción: la estética visual parece más cercana a una serie de televisión de los noventa que a una película pensada para cine. La dirección de Fernando Sariñana es funcional pero carente de estilo, y en ocasiones se siente apresurada, como si el rodaje se hubiese hecho sin mayor cuidado. Aun así, hay secuencias que logran sacarte una sonrisa, sobre todo si se ve desde una mirada relajada y sin juicios severos.
Más allá de sus fallos técnicos, diálogos sencillos, mensaje familiar evidente, limitada profundidad narrativa y situaciones cómicas poco originales, Mamá se fue de viaje puede funcionar como una película para desconectarse y pasar el rato en familia. Es un producto que apuesta por lo seguro, sin arriesgar, pero también sin resultar ofensivo. Su tono blanco y accesible la hace una opción viable para quienes buscan una comedia sin complicaciones.
