Hace 25 años, los fans de Star Wars estaban sumamente emocionados porque por fin, luego de mucha espera, la franquicia les sonreía nuevamente. George Lucas, la mente detrás de la galaxia más lejana del cine, regresaba con una nueva trilogía. Esta vez, los espectadores no estarían viajando hacia adelante en la historia, sino que recorrerían el inicio de todo, cuando Anakin Skywalker todavía era un niño, Obi-Wan Kenobi estaba vivo y los Jedi no eran leyenda, sino parte del día a día de la República Galáctica.
Las precuelas, comenzando con La amenaza fantasma en 1999, prometían explicar el origen del Lado Oscuro, la caída de Anakin y el ascenso del Imperio. Esta se convirtió en una oportunidad de oro para expandir el universo que ya tenía a millones de seguidores. Pero, por supuesto, con tantos fans quisquillosos, no todo salió a pedir de boca. Aunque las batallas espaciales, los efectos visuales y la música fueron muy bien recibidos, hubo alguien que simplemente no conectó.
Desde su primer diálogo, Jar Jar Binks provocó más disgustos que aplausos. Este ser de orejas largas, voz chirriante y una forma de hablar que, para muchos arruinó el tono serio que esperaban, fue tan controversial que terminó siendo etiquetado como el personaje más odiado de la saga. Si bien fue pensado como una especie alivio cómico, a los fans no se les dibujó sonrisa alguna al verlo en la gran pantalla.
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Jar Jar fue diseñado por George Lucas para ser introducido como un personaje innovador, hecho completamente de forma digital. Y aunque, en términos técnicos fue una hazaña impresionante para su tiempo, en cuanto a su nivel de carisma, las reacciones negativas no se hicieron esperar.
Rápidamente, Jar Jar se convirtió rápidamente en el blanco de todas las críticas. Su forma de hablar fue tachada de ofensiva, su rol en la historia se percibió como innecesario y muchos fans sintieron que el personaje desviaba el carácter de la película, que debía sentirse épica y profunda. El resultado fue una oleada de odio que no solo afectó al personaje, sino también a quien le dio vida.
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Ahmed Best, el actor que interpretó a Jar Jar con tecnología de captura de movimiento, sufrió ataques de todas partes. Así fue como Jar Jar Binks se volvió un ejemplo de cómo un personaje de ficción puede tener consecuencias muy reales. Y lo curioso es que con el tiempo, su historia ha tenido una especie de redención. Muchos fans que crecieron viendo las precuelas, y que en su momento lo odiaban, ahora lo ven con una pizca de nostalgia.
Y en cuanto a George Lucas, el cineasta siempre defendió a su criatura con capa y espada. El director afirmó que los fans juzgaron mal a Jar Jar y que su intención era dar un respiro cómico, como R2-D2 y C-3PO en la trilogía original. Aunque las comparaciones no jugaron a su favor, nadie puede negar que su aparición sigue siendo un momento histórico dentro de la saga.
