Durante la década de 1990, Walt Disney Animation Studios vivió un renacimiento creativo sin precedentes. Tras años de altibajos, la compañía recuperó el favor del público y la crítica con películas que redefinieron la animación tradicional y capturaron el corazón de millones. Títulos como La Sirenita, que marcó el inicio de esta nueva etapa, y El Rey León, que se convirtió en un fenómeno cultural, demostraron que la animación podía ser tan impactante y compleja como cualquier otra forma de cine.
Este periodo, conocido como el Renacimiento de Disney, consolidó un estilo narrativo y visual que conjugaba música memorable, personajes entrañables y tramas universales. En medio de esta ola de creatividad, surgió La Bella y la Bestia, un filme que no solo confirmó el auge de Disney, sino que rompió barreras históricas en la industria cinematográfica, consolidándose como una de las obras más queridas y respetadas de la compañía.
La Bella y la Bestia fue revolucionaria por múltiples razones. Con una animación fluida, una banda sonora inolvidable compuesta por Alan Menken y letras de Howard Ashman, y una historia llena de corazón, la película encantó a públicos de todas las edades. Más allá de su éxito comercial y artístico, su mayor logro fue convertirse en el primer largometraje animado nominado al Oscar a Mejor Película en 1992, una hazaña inédita en la historia de la Academia cuando solo se permitían cinco contendientes en esa categoría.
Walt Disney Animation Studios
‘La Bella y la Bestia’: la primera película animada nominada al Oscar a Mejor Película
El filme compitió ese año con títulos como Bugsy, JFK y The Prince of Tides, pero su rival más fuerte fue El silencio de los inocentes, que finalmente se llevó el premio. Aun así, el hecho de que una película animada aspirara al galardón más importante del cine de Hollywood fue un reconocimiento extraordinario al poder narrativo del medio. Además, La Bella y la Bestia ganó el Globo de Oro a Mejor Película de Comedia o Musical y se llevó el Oscar a Mejor Canción Original y Mejor Banda Sonora.
La historia del filme es tan antigua como el tiempo: un príncipe egoísta es transformado en bestia por una hechicera, y solo el amor verdadero podrá romper el hechizo. Belle, una joven inteligente e inconformista, llega al castillo encantado buscando a su padre, y en su convivencia con la Bestia descubre la humanidad que se oculta tras su apariencia. Esta narrativa de redención, empatía y amor transformador se volvió universal gracias a una realización artística de alto nivel.
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Décadas después, La Bella y la Bestia continúa inspirando nuevas versiones y celebraciones. En 2017, Disney lanzó una versión live-action protagonizada por Emma Watson, que respetó el espíritu del original al tiempo que añadía elementos para una nueva generación. Cabe destacar que La Bella y la Bestia ya había tenido otras adaptaciones previas, como la célebre versión cinematográfica de Jean Cocteau en 1946, que aportó una visión onírica y poética al cuento.