Desde su brillante interpretación de Charles Chaplin en Chaplin, que le valió una nominación al Oscar, hasta su compleja y emocional actuación como Lewis Strauss en Oppenheimer de Christopher Nolan, con la que finalmente ganó el codiciado premio de la Academia, Robert Downey Jr. ha consolidado una carrera de éxitos. En el camino, ha dado vida a personajes inolvidables en dramas, comedias y películas de acción, consolidándose como una figura del cine contemporáneo en Hollywood.
Marvel Studios
La película que convenció a Jon Favreau de elegir a Downey Jr. como Iron Man
Aunque para el gran público su nombre está inevitablemente ligado a Tony Stark en Iron Man del MCU, la historia de cómo llegó a encarnar al carismático multimillonario con armadura está marcada por una película menos conocida pero igual de influyente: Entre besos y tiros, estrenada en 2005 y disponible en HBO Max. Esta obra fue un parteaguas en su carrera y una pieza clave para su renacimiento profesional tras años marcados por problemas personales y legales.
Entre besos y tiros fue el debut como director de Shane Black, y significó el regreso triunfal de Downey Jr. a la pantalla grande. En la cinta interpreta a Harry Lockhart, un ladrón de poca monta que, por accidente, termina en una audición de Hollywood. El personaje es arrastrado a una serie de eventos absurdos y violentos que mezclan elementos de film noir, comedia absurda y el comentario metarreferencial sobre la industria cinematográfica. Su química con Val Kilmer, quien interpreta al detective Perry van Shrike, es uno de los pilares que hace tan especial esta película.
Con un tono irreverente, ritmo vertiginoso y un guion lleno de humor ácido, Entre besos y tiros se convirtió en una joya de culto. La actuación de Downey Jr. fue magnética: con un ingenio rápido, sarcasmo afilado y una habilidad para romper la cuarta pared, demostró una capacidad cómica y dramática que parecía hecha a medida para Tony Stark. De hecho, fue esta interpretación la que convenció a Jon Favreau, director de Iron Man, de que Downey Jr. era el actor ideal para liderar el naciente Universo Cinematográfico de Marvel.
Warner Bros.
Favreau reconoció en Entre besos y tiros el molde perfecto para su versión de Iron Man. A pesar de la reticencia inicial de Marvel, que desconfiaba de la imagen pública del actor en ese momento, el director insistió en que Robert era la mejor opción. El riesgo valió la pena: Iron Man no solo fue un éxito rotundo, sino que redefinió el cine de superhéroes e impulsó una franquicia multimillonaria. Nada de eso habría ocurrido sin el impulso previo de la película de Shane Black.
Curiosamente, Entre besos y tiros no solo anticipó el renacer de Downey Jr., sino que también reunió a otros actores vinculados al cine de superhéroes. Val Kilmer, por ejemplo, fue Batman en Batman Forever, y Laurence Fishburne, aunque de forma breve y no acreditada, apareció en un comercial dentro del filme. Años después, Fishburne formaría parte del MCU como el Dr. Bill Foster en What If…?, cerrando así un curioso círculo entre DC y Marvel.