Es imposible ignorar el impacto que las películas de Steven Spielberg han dejado en el mundo del cine. A la fecha no hay persona que no haya visto al menos una de sus cintas ya sea de ciencia ficción como La guerra de los mundos y Jurassic Park o sus emotivos dramas al estilo de La lista de Schindler y Los Fabelman.
Resulta que hace alrededor de siete años, el cineasta quiso llevar a la pantalla grande una desgarradora historia que pone al centro la vida de un joven alejado de su familia con el pretexto de inculcar en él la religión. Bajo el título de El secuestro del papa fue Marco Bellocchio quien pudo relatar esta vida no sin antes pasar por los mismos retos que Spielberg cuando intentó dirigirla.
Es el año 1858, una tranquila noche de junio en Bolonia y una familia judía, los Mortara, viven un día como cualquier otro hasta que la policía papal toca a su puerta. Los guardianes religiosos exigen al hijo menor de la familia y arrancan al joven Edgardo de los brazos de su madre.
Lo que queda para la familia es la desesperación y una pérdida que se intensifica con cada día que pasa; para Edgardo es un corazón dividido entre el refugio de la religión y el anhelo por alguna vez estar con su familia.
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El gran intento de Spielberg
Esta narrativa, basada en un hecho real, llamó la atención del también director de El color púrpura y quiso convertir el caso de la familia Mortara en una película. Para eso Mark Rylance había sido el elegido para el papel del Papa Pío IX, y Oscar Isaac para interpretar a Edgardo adulto. ¿Cuál fue el problema entonces? Encontrar a un niño capaz de transmitir lo necesario.
Spielberg hizo más de dos mil audiciones con jóvenes actores para el papel principal, según informó Deadline en aquel entonces, pero la búsqueda no dio resultado. El director, que trabajó con grandes talentos infantiles en E.T. El extraterrestre por ejemplo, no encontró al chico adecuado.
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Steven Spielberg entonces abandonó el proyecto y en su lugar se enfocó en Amor sin barreras. Luego, como el italiano ya llevaba tiempo interesado también en el proyecto retomó el camino, no sin antes batallar con la misma piedra que Spielberg había encontrado.
El director de El traidor de la mafia explicó a Variety que había sido muy complejo encontrar a un niño actor capaz de reflejar el destino traumático de Edgardo Mortara. Buscaba a alguien joven "con alma" en este mundo nutrido por la digitalidad:
Los niños de hoy tienden a actuar de manera muy falsa debido a la exposición a las redes sociales. Sabía que teníamos que encontrar a un niño que tuviera alma
Al final, su ardua búsqueda dio resultado porque Enea Sala se quedó con el papel haciendo un gran trabajo en su debut cinematográfico. Con el trabajo de este actor y un ensamble compuesto además por Paolo Pierobon, Fausto Russo Alesi, Barbara Ronchi y Leonardo Maltese la película se convirtió en la desgarrador y reflexiva adaptación que debía ser.
El secuestro del papa está disponible para su renta a través de Amazon Prime Video o Apple TV+.