Pocas series logran colarse tan rápido en la cultura popular como Merlina. Desde su estreno, la heredera de Los Locos Addams ha conquistado Netflix, dominando las redes sociales y provocado que miles recreen su icónica coreografía en fiestas y eventos al ritmo de "Bloody Mary" de Lady Gaga. Ahora, con su segunda temporada, Jenna Ortega ha vuelto a poner los pelos de punta con esa mirada sarcástica, misteriosa y con ese toque único que hace que cualquiera se sienta intimidado.
La serie ha sido un fenómeno desde el primer día, y mientras que parte de su encanto está en la historia, otra se encuentra en la estética gótica de Tim Burton. De hecho, detrás de algunas de las escenas más icónicas están esas pequeñas decisiones del cineasta que no todos notan a la primera, pero que marcan la diferencia. Fiel a su estilo, Burton no dejó nada al azar: cada movimiento y cada gesto está calculado para que el mundo de Merlina sea tan inquietante como fascinante.
Y entre esos detalles hay uno que, si eres observador, probablemente ya te llamó la atención: Merlina no parpadea en lo absoluto. Puede parecer algo exagerado, pero no abrir y cerrar los ojos cambia por completo la energía de cualquier escena, creando una conexión rara entre el espectador el personaje. Es como si Merlina te analizara, te midiera y supiera exactamente qué estás pensando, la sensación que justamente Burton quería provocar.
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Jenna Ortega confesó que al inicio le costó un poco adaptarse, pero terminó dominando la técnica. Ahora, esa mirada fija es tan característica que cualquiera puede reconocerla. Y lo mejor es que lo hace sin que parezca un truco forzado: es completamente natural dentro de su personaje.
"No parpadea", confirmó Ortega en una entrevista en The Today Show. "A Tim Burton le gusta cuando bajo la barbilla y miro a través de las cejas, como una especie de mirada de Kubrick, y luego relajo todos los músculos de la cara", contó la protagonista. La "mirada de Kubrick" se refiere a una expresión específica utilizada por el director en películas como La Naranja Mecánica y El Resplandor, que implica que el personaje mire fijamente a la cámara con el ceño fruncido.
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Y en un tuit, Netflix explicó cómo surgió la característica de Merlina sin pestañear. "Tras probar una toma en la que no parpadeaba, Tim Burton quedó tan fascinado con el resultado que le dijo a Jenna Ortega que no parpadeara", escribió la plataforma. Y de hecho, los personajes que no parpadean son bastante comunes en las películas de Burton porque al director le disgusta profundamente parpadear.
Hoy, lo que empezó como una instrucción puntual para ciertas escenas terminó siendo una característica de Merlina. Ahora, es difícil imaginarla parpadeando como cualquier mortal. En la segunda temporada, Jenna Ortega sigue aplicando la técnica, y el público ya espera esa mirada directa que atraviesa la pantalla.
