A lo largo de más de un siglo, el relato de Frankenstein ha inspirado a cineastas, escritores y artistas que ven en su tragedia un reflejo de los dilemas humanos más profundos. Desde los clásicos en blanco y negro (incluyendo La novia de Frankenstein) de James Whale hasta las adaptaciones contemporáneas (como las versiones de Kenneth Branagh y Paul McGuigan , este mito ha sido revisitado una y otra vez.
Ahora, el legado del monstruo renace de la mano de Guillermo del Toro, quien traerá a México su esperada versión cinematográfica acompañado de su elenco estelar (Oscar Isaac y Jacob Elordi). Una reinterpretación que promete explorar el alma del monstruo con una sensibilidad moderna y una estética que fusiona horror, filosofía y belleza visual.
La tormentosa noche que dio vida al monstruo más famoso de la literatura y el cine
Como fiel amante de las criaturas trágicas y de los relatos góticos, el director de La forma del agua y La cumbre escarlata ha confesado en numerosas ocasiones su fascinación por Frankenstein y su autora. Su visión promete ser tanto un homenaje al imaginario romántico de la novela como una reflexión sobre la soledad, la creación y la responsabilidad del hombre frente a sus propias obras. Pero para comprender por qué este mito sigue vivo, es necesario volver a su origen; aquella tormentosa noche de 1816 en la que una joven de apenas 18 años, llamada Mary Shelley, cambió para siempre la historia del terror.
Si bien es cierto que la novela Frankenstein o el moderno Prometeo es considerada la primera obra de ciencia ficción moderna, su impacto va mucho más allá de la historia de un científico y su criatura. Detrás del monstruo hay una autora cuya vida estuvo marcada por la tragedia, la pérdida y la rebeldía intelectual. Hija de la filósofa y activista feminista Mary Wollstonecraft y del pensador anarquista William Godwin, Mary creció en un entorno lleno de ideas revolucionarias, pero también de tensiones familiares. La muerte temprana de su madre y los conflictos con su madrastra marcaron una infancia errante y solitaria.
National Portrait Gallery / Book Riot
Ciencia, horror y tragedia: la historia detrás de Frankenstein y su creadora
A los 16 años, Mary escapó con el poeta Percy Bysshe Shelley, quien estaba casado, lo que la condenó al escándalo social y la marginación. Vivieron entre viajes, pobreza y tragedias personales, incluyendo la muerte prematura de su primera hija. Fue en medio de ese dolor y desarraigo cuando, en el verano de 1816, en una villa suiza junto al lago Ginebra, nació una de las historias más perturbadoras jamás escritas.
Durante una estancia en la Villa Diodati, Mary y Percy compartían veladas con Lord Byron y otros amigos. Las lluvias constantes los obligaban a permanecer encerrados, y para pasar el tiempo, Byron propuso un juego: cada uno debía escribir una historia de terror. Al principio, Mary no encontraba inspiración, hasta que una conversación sobre los límites de la ciencia, la electricidad y la posibilidad de reanimar la materia muerta encendió su imaginación. Esa noche, entre sueños y pesadillas, vio la imagen de un “estudiante pálido inclinado sobre la cosa que había ensamblado”. Así nació el monstruo.
Universal Pictures
La historia del joven científico Victor Frankenstein, que desafía a la naturaleza y paga el precio de su arrogancia, se convirtió en una metáfora del hombre moderno frente a sus propios descubrimientos. Shelley transformó aquel relato en una novela publicada anónimamente en 1818, donde el horror no provenía de lo sobrenatural, sino del miedo a la ciencia y a la soledad humana.
Con Frankenstein, Mary Shelley inauguró la ciencia ficción moderna y cuestionó la moralidad del progreso científico. Su criatura encarna el castigo por la ambición desmedida, el miedo a la tecnología y el costo de desafiar los límites naturales. Temas que resuenan hoy tanto como en la era industrial, inspirando no solo a escritores y cineastas, sino también a pensadores y artistas que ven en el monstruo un espejo del ser humano contemporáneo.