Ya han pasado algunas semanas desde el estreno en Crunchyroll de la esperada adaptación del manga de Kei Urana y Hideyoshi Andou, Gachiakuta, el shonen animado por el estudio BONES que ha llamado la atención de muchos amantes del anime. No solo por haber sido considerado, incluso antes de su lanzamiento, el heredero espiritual de Fire Force y Soul Eater —debido a la trayectoria de su creadora—, sino también por su estilo visual lleno de grafitti y punk, además de abordar un tema universal: el rechazo social.
En entrevista con Sensacine México, Dión González, actor de doblaje latino de Ludo Surebrec, protagonista de la serie, compartió cómo percibe el rol de su personaje, qué ha aprendido de él y cómo esta historia puede conectar especialmente con el público latinoamericano.
Ludo, el reflejo de un mundo que desecha y se reconstruye
En el mundo distópico de Gachiakuta, las clases sociales están más que definidas. La producción muestra una sociedad donde lo material ha perdido su valor y cualquier cosa o persona puede ser descartada. Ludo —o Rudo para los más fanáticos— es un joven que ha vivido toda su vida entre la basura de los privilegiados, reparando y resignificando los objetos que otros desechan sin pensar. Hasta que es castigado injustamente por la muerte de su padrasto y termina en Terra, el vertedero de todos los desechos, y donde se encuentra con "los limpiadores", quienes serán parte importante de su desarrollo.
Para González, su personaje es mucho más que un protagonista de acción y victima de sus circunstancias: representa la capacidad humana de reconstruirse incluso desde los escombros.
“Ludo [es un personaje] lleno de peligro, lleno de furia, porque justo como dice la primera enseñanza que nos deja la autora del proyecto: depende de cómo tú trates las cosas, pueden resultar buenas o malas. Así que presentar a Ludo es presentar automáticamente a Gachiakuta, que es ese mundo de la basura, pero irónicamente la basura de unos puede ser el tesoro de otros”, menciona.
A través de esta mirada, Gachiakuta se convierte también en una metáfora de la exclusión y la resiliencia: un recordatorio de que incluso lo que el mundo considera “desechable” puede tener un valor profundo: 'Ludo es un adolescente rezagado y a veces tímido, muy explosivo, muy grosero a veces… Creo que esa es la lección más bonita: que incluso una persona destruida puede reconstruirse, irónicamente, en un mundo de basura', comparte Dion.
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Kei Urana no solo nos entrega una historia con personajes de gran trasfondo, sino también una propuesta visual y sonora que seguramente será del agrado de esos rebeldes de corazón. Su estética cyberpunk, los tatuajes, los colores intensos, la música metalera y el diseño de vestuario rompen con lo tradicional que hemos visto en este tipo de títulos y dan forma a un universo vibrante y peligroso. Convirtiéndose en uno de los animes que ofrecen una experiencia sensorial más allá de la animación, muy al estilo de Jujutsu Kaisen, DanDaDan y Chainsaw Man.
Para Dion, esa energía también se traslada al trabajo actoral en cabina. El doblaje, dice, no busca copiar el tono japonés, sino traducir el alma del anime al lenguaje y ritmo del público latinoamericano: 'Vi la estética de Gachiakuta y se me hace un anime revolucionario, por el estilo de arte, los colores, la música, la vestimenta, los tatuajes… Y cómo nosotros, en doblaje, podemos traducir eso a un lenguaje más coloquial. Eso fue lo que más me encantó, porque no lo sientes ajeno', explica.
Gracias a ese trabajo, la serie no solo mantiene su identidad visual y emocional, sino que cobra nueva vida para las audiencias hispanohablantes, que pueden sentirse parte de ese mundo caótico y marginal.
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El impacto emocional de Gachiakuta en Latinoamérica
Más allá de su estética o su acción, Gachiakuta ha encontrado un lugar entre los fans de América Latina. Y es que, aunque su autora imaginó un mundo ficticio, su retrato de desigualdad, exclusión y esperanza resulta sorprendentemente cercano a muchas realidades que podemos encontrar en las sociedades latinoamericanas.
'La autora original es japonesa, pero justo creó un mundo de ficción que, para nosotros los latinoamericanos, es familiar. Dices: ‘creo que conozco ese mundo’. Ese tipo de vida, lamentablemente, mucha gente la tiene. Gachiakuta es ficción, pero hay muchas cosas que se pueden aterrizar a la sociedad en la que vivimos en toda Latinoamérica y habla hispana, comenta Dion.
Además, el actor considera que el éxito del anime en la región se debe precisamente a esa identificación emocional, pero también a la humanidad que transmite el doblaje: 'La meta es que el espectador olvide que está viendo una versión doblada y sienta que la historia te está hablando a ti.'
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El anime tiene un mensaje claro: reconstruirse en medio del caos
Gachiakuta no es solo un anime visualmente imponente, sino también una historia sobre redención, identidad y la capacidad de encontrar valor en lo que el mundo considera basura. En palabras de Dion González, Ludo representa la furia y la ternura de una generación que se niega a ser desechada. Y quizá esa sea la razón por la que el anime, más allá de su acción y su universo punk, ha conectado tan profundamente con el público universal: porque recuerda que incluso entre los escombros, siempre hay espacio para empezar de nuevo.
Aún faltan algunos episodios para que la primera temporada de este anime concluya, por lo que si aún no te has sumergido al mundo de Ludo, tal vez sea la oportunidad perfecta de hacerlo. Recuerda que puedes disfrutarlo a través de Crunchyroll.