Recordar al gran Akira Toriyama es hablar de una de las mentes más brillantes en la historia del manga y el anime. Su creación más grande, Dragon Ball, cambió para siempre la cultura popular japonesa y marcó a generaciones enteras. Años después, con Dragon Ball Z, llevó la acción, la emoción y el desarrollo de personajes a un nuevo nivel.
Goku, Vegeta, Piccolo, Gohan y Bulma, cada uno de ellos se volvió parte de la infancia de muchos y un símbolo de perseverancia y poder. Toriyama no solo construyó un universo, sino que creó una mitología completa. Pero, como todo creador legendario, también tuvo que enfrentar el lado oscuro del éxito: todo aquello que se desprende de su obra que, en lugar de rendirle honor, termina haciendo lo contrario.
De hecho, una de las adaptaciones que surgió de su gran creación hizo enfurecer tanto al mangaka que terminó haciéndolo volver del retiro para tomar cartas en el asunto y asegurarse que nadie más volviera a manchar su legado. Nadie como uno mismo para hacer que las cosas salgan bien y a su manera.
El tropiezo que provocó un caos
En 2009, Dragonball Evolution llegó a los cines. Esta producción prometía llevar Dragon Ball al siguiente nivel, con una versión live-action de Hollywood con efectos espectaculares y una reinterpretación moderna del clásico japonés. El problema fue que lo hizo todo mal.
Prime Video
Su estreno se convirtió en una pesadilla tanto para los fans como para el propio Toriyama. Ni el guion, ni el tono, ni los personajes recordaban al mundo que él había creado: Goku era un adolescente estadounidense sin carisma, los combates eran planos, y el espíritu de aventura fue reemplazado por clichés de acción genéricos. Para millones de seguidores, fue una traición, pero para Toriyama fue una herida personal.
La película que lo hizo volver
Tras el desastre, Akira Toriyama rompió su habitual silencio. En entrevistas posteriores, el autor reconoció que Dragonball Evolution lo dejó profundamente decepcionado y que no podía quedarse de brazos cruzados mientras su obra se distorsionaba. Fue entonces cuando tomó una decisión crucial: volver a involucrarse directamente en la franquicia.
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Ese enojo creativo fue el punto de partida de su regreso triunfal. Primero, participó en la supervisión de Dragon Ball Z: Batalla de los dioses de 2013, donde no solo escribió la historia, sino que también rediseñó personajes y marcó el tono que definiría el futuro de la saga. Después vinieron La resurrección de F, Dragon Ball Super y, más tarde, Dragon Ball Super: Super Hero, todas con su sello narrativo y sentido del humor característico.
Un error que se convirtió en salvación
Aunque Dragonball Evolution sigue siendo motivo de memes y burlas entre los fans, es necesario reconocer algo: sin su fracaso, probablemente no habría tenido lugar el renacimiento moderno de la franquicia.
Toei Animation
Fue un recordatorio para todos de que Dragon Ball no se trata solo de golpes y transformaciones, sino de aventura, humor y corazón. Incluso para Toriyama, quien volvió a sentirlo también. Con el fracaso del live-action, Toriyama devolvió la esencia a su creación, permitiendo que Goku y compañía regresaran más fuertes que nunca.