Entre el océano de series de ciencia ficción disponibles en streaming, hay una que avanza en silencio y con pasos precisos, sin escándalo y sin campañas gigantescas, pero con una sensibilidad que pocas producciones logran alcanzar. Se trata de Tales from the Loop, la joya retrofuturista de Prime Video que desde su estreno en 2020 ha permanecido sorprendentemente discreta, a pesar de su propuesta visual poética y su profundo enfoque emocional.
A diferencia de los títulos más ruidosos y frenéticos del género, como Black Mirror, Westworld o Dark, esta serie adopta un rumbo distinto: uno que privilegia la intimidad, la delicadeza y la contemplación. Basada en las ilustraciones del artista sueco Simon Stålenhag, Tales from the Loop construye un universo donde máquinas oxidadas, paisajes nevados y casas de apariencia común conviven con misterios suaves pero constantes.
8 episodios de la joya de ciencia ficción escondida en Prime Video
Cada uno de sus ocho episodios se centra en un personaje o familia afectada por el Loop, una instalación científica capaz de alterar el tiempo, la memoria o incluso la identidad. Lo más notable de la serie es su ritmo pausado, que ofrece un respiro frente a la sobresaturación de efectos especiales. Aquí no hay giros estruendosos ni clímax explosivos. Lo que predomina es la humanidad, silencios largos, miradas perdidas, emociones contenidas y un retrato profundamente melancólico de la vida en un pequeño pueblo donde lo extraordinario sucede en voz baja.
Uno de los relatos más recordados es el que explora cómo un salto temporal altera para siempre la relación entre un padre y su hijo. En otro, dos amigos se encuentran atrapados en un dispositivo que intercambia sus cuerpos. En uno más, un adolescente descubre cómo suspender el tiempo a su alrededor, solo para enfrentarse a las consecuencias éticas de esa libertad. Historias pequeñas, casi minimalistas, pero capaces de impactar con más fuerza que muchas superproducciones del género.
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Un viaje emocional que redefine lo que puede ser la ciencia ficción
La serie recuerda a propuestas como The Twilight Zone o ciertas dinámicas de The Leftovers, aunque su sensibilidad también ha sido comparada con El decálogo de Krzysztof Kieślowski por su interés en los dilemas íntimos antes que en los enigmas cósmicos. El showrunner Nathaniel Halpern construye un relato de ciencia ficción suave que utiliza la tecnología como un espejo emocional, no como un espectáculo visual.
La atmósfera audiovisual de Tales from the Loop es otra de sus mayores fortalezas. El diseño de producción captura fielmente la estética de Stålenhag: robots gigantes abandonados en campos nevados, estructuras imposibles ocultas en el bosque y máquinas desgastadas devoradas por el óxido. Todo acompañado por la música hipnótica y melancólica de Philip Glass y Paul Leonard-Morgan, que convierte cada escena en una especie de meditación visual.
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Con un elenco que incluye a Rebecca Hall, Jonathan Pryce, Jane Alexander y Paul Schneider, las actuaciones sostienen la carga emotiva de este universo donde la ciencia nunca es fría, sino profundamente humana. En última instancia, Tales from the Loop no busca resolver los misterios del universo, sino invitarnos a aceptar que hay preguntas que existen para acompañarnos, no para ser contestadas.