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    ’13 reason Why’: al servicio del fan

    La segunda temporada no está mal, pero no mantiene la esencia ni el suspenso de la historia original.

    Es posible que los productores de 13 Reasons Why nunca hayan imaginado el éxito que la serie tendría el año pasado. O quizá sí. Finalmente, el best-seller de Jay Asher sobre una adolescente que se suicida y que envía 13 cassettes a las 13 personas que considera responsables de su suicidio, constituyen un drama de misterio que no sólo resulta adictivo, sino que también reflexiona sobre los problemas que enfrentan los adolescentes en una sociedad cada vez más competitiva que les exige demasiado.

    Lo que es seguro que nunca esperaron fue la reacción de muchos grupos y asociaciones de padres que en Estados Unidos alzaron la voz escandalizados, reclamando que la serie glorificaba el suicidio adolescente. En lo personal, no estoy de acuerdo. Es lo mismo que opinar que las matanzas en las escuelas son provocadas por el cine en la televisión y que nada tiene que ver el que el que un niño de 14 años pueda comprar una metralleta en la tienda de la esquina. Y desgraciadamente otra tragedia ocurrida, en esta ocasión, en una escuela de Santa Fe, Texas obligó a Netflix a interrumpir el estreno de 13 Reasons Why en Estados Unidos.

    En la segunda temporada, cada episodio está precedido por un aviso precautorio sobre el suicidio. No está mal, pero uno no deja de preguntarse si realmente sirve para evitar una desgracia de este tipo. El problema es que lo precautorio no queda ahí. Por una parte, 13 Reasons Why intercala buenos mensajes sobre sexualidad, abuso, acoso, desigualdad de género y tolerancia, pero quizá lleva su misión educativa demasiado lejos, subiéndole al drama y restándole fuerza al suspenso.

    Con todo, la historia no está del todo mal. Los guionistas, sin duda, se llevan las palmas al haber encontrado suficientes motivos para continuar la historia: el juicio que los padres de Hannah inician contra la escuela, los efectos emocionales y sociales que el suicidio dejó sobre el microcosmos de Liberty High y una serie de fotos instantáneas con mensajes misteriosos, que junto a agresiones a los involucrados, intentan generar un nuevo misterio.

    13 Reasons Why genera cierta tensión, pero ni remotamente se vuelve adictiva como la primera, sobre todo porque lo que queda por contar no genera el mismo nivel de interés. Además, la forzada presencia de Hannah Baker no ayuda para nada, pero ¿qué quieren? muchos fans habrían reclamado su ausencia.

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