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    Luis Buñuel y las anécdotas de 'Un perro andalúz'

    Las mejores historias detrás de su famoso cortometraje surrealista.

    Luis Buñuel nació con el siglo XX un 22 de febrero de 1900 y durante toda su vida le fue fiel al espíritu de la Vanguardia que iluminaría en su segunda década de existencia. Nació en Calanda, provincia de Aragón en España y a los 17 años se mudó a Madrid con la intención de estudiar ingeniería agrónoma, pero lo cautivaronn las artes y terminó graduándose en la Facultad de Historia de Filosofía y Letras. En la universidad conoció a muchas de las grandes mentes españolas que dieron forma al Vanguardismo: Salvador Dalí, Federico García Lorca y Ramón Gómez de la Serna.

    En 1925 se trasladó a París, en donde está surgiendo el movimiento surrealista bajo la batuta de André Bretón y Louis Aragon, quienes buscan la expresión subconsciente del artista y de paso, escandalizar a la sociedad burguesa de la época. Se enamora del cine cuando asiste a Jean Epstein y realiza la adapatción de un cuento de Edgar Allan Poe para la cinta, La chute de la maison Usher de 1928. Decidido a ser cineasta le pide ayuda a su madre, quien le envía 25,000 pesetas para financiar su primer proyecto.

    En una conversación en algún café parisino, Dalí le cuenta a Buñuel que soñó con hormigas que le cubrían las manos y por su parte, el director le dice que él soñó con una hoja de navaja que cortaba a la luna en dos. A partir de ahí deciden que harán una película basada en este par de sueños y que la considerarán un 'poema visual'. El resultado es quizá el corto de 16 minutos más famoso, con uno de los inicios más inquietantes de la historia del cine: Un perro andalúz.

    La obra es un compendio de imágenes chocantes e impactantes que remiten al sueño y al delirio en la medida que no existe la narración lineal de una trama. Buñuel siempre explicó por qué lo había hecho: "Para sumergir al espectador en un estado que permitiese la libre asociación de ideas era necesario producirle un choque traumático en el mismo comienzo del filme; por eso lo empezamos con el plano del ojo seccionado; muy eficaz." Por cierto, el ojo que se disecciona es el de una vaca y hay que reconocer que la edición de esta escena es magnífica. La película rápidamente fue adoptada por los surrealistas quienes la tomaron como parte de su manifesto artístico, convirtiéndola así en la primera película surrealista de la historia.

    El director contaba que durante la premiere de Un perro andaluz se escondió detrás de la pantalla y traía piedras en los bolsillos, en caso de que la audiencia odiara la película, arrasara con el cine y arremetiera contra él, cosa que no sucedió. Todo lo contrario, la gente adoró la película a tal grado, que permaneció nueve meses en cartelera. Tanto Buñuel como Dalí aparecen en la cinta: Buñuel es el hombre que corta el ojo y Dali el sacerdote que arrastran junto con el piano. 

    Un perro andaluz contine muchos simbolismos y referencias, pero casi todos eran muy personales para Dalí y Buñuel; por eso les encantaba burlarse cuando los críticos intentaban 'explicar' la película. Una de las escenas más comentadas en la época fue la de los cadáveres putrefactos de burro, que a menudo se mencionaba era una forma de expresar la decadencia del sistema político y la sociedad. En realidad era una referencia a 'Platero y yo', la obra de Juan Ramón Jiménez que Dalí y Bueñuel odiaban a tal grado, que le escribieron una terrible carta al autor en la que afirmaban que "les repugnaba profundamente por inmoral, por histérica, por cadavérica, por arbitraria."

    Luis Buñuel no logró exáctamente lo que buscaba con Un perro andalúz, y en lugar de ser linchado terminó siendo adorado por el público y su primer cortometraje sigue siendo, a más de un siglo de distancia, uno de los referentes obligados de cualquier cineasta y cinéfilo que se respete. Aquí te dejamos el cortometraje, en caso de que no lo hayas visto:

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