El espía, la nueva miniserie de Netflix que estrenó este fin de semana. Nos tiene sorprendidos e intrigados principalmente por una razón: nunca nos imaginamos a Sacha Baron Cohen en un papel serio. Es innegable que el actor inglés tiene talento, pero después de años de verlo haciendo disparates en Borat, El dictador o Espía por error, uno se olvida que también ha hecho papeles memorables en cintas como Los miserables o La invención de Hugo Cabret. No obstante, recorriendo su filmografía, es un hecho que su interpretación del legendario espía israelita, Eli Cohen, es su primer papel dramático.
Basada en la vida real, la miniserie cuenta la historia de un judío nacido en Siria que emigra a Israel y pasa de ser un ciudadano común laborando como asistente de contabilidad en un supermercado a espía internacional el día que el Mossad lo recluta. Cohen trabajó encubierto en Siria de 1961 a 1965 en donde desarrolló vínculos profundos con la jerarquía militar y política a fin de informar sobre los planes del gobierno sirio en contra de Israel.
Lo más sorprendente de la historia de Cohen es que se obsesionó tanto con ayudar a su país, que llegó un momento en que perdió su identidad, confundiendo su vida real con la pretendida. Baron Cohen declaró en una entrevista con Stuff, que interpretar a este personaje le resultó abrumador: "Su familia, su esposa e hijos, le sobreviven, así que mi intención era crear un buen drama, pero sin faltarle al respeto a su memoria. Quería entender a este hombre que estaba dispuesto a sacrificar su vida por un ideal. Me encantó la historia de un empleado de supermercado que pasa a convertirse en un millonario encubierto…”
La historia es de no creerse.
Como judío nacido en Londres, Baron Cohen ya había oído hablar de Eli Cohen por un libro que su padre compró. Cuenta que lo leyó cuando le ofrecieron el rol y que la historia le pareció fascinante. “Fue un papel que me atrajo tanto por mí como por mi padre.” Como agente del Mossad, Eli Cohen terminó siendo uno de los asesores principales del Ministro de Defensa sirio. Su carrera como espía fue corta, pero los datos de inteligencia que logró reunir antes de ser arrestado fueron clave para el triunfo de Israel en la Guerra de los Seis Días en 1967.
Para Baron Cohen lo más intrigante de este personaje fue descubrir cómo le hizo para lograr la confianza de hombres tan poderosos. Dice que eventualmente se dio cuenta que Cohen debe haber sido uno de los más grandes actores de método que han existido, y que además lo hizo de manera empírica: “Tengo una carrera en la que me la paso encubierto durante siete o 10 horas al día y si descuidas tu ‘armadura’ la gente se da cuenta de inmediato que todo es falso. Eli se pasó 24 horas en personaje durante años y nadie lo descubrió.”
Gideo Raff escribió y dirigió El espía, y afirma que siempre tuvo en mente a Baron Cohen para el papel aunque no sabía si el actor sería capaz de sacar adelante un proyecto tan serio como este: “Decidimos que sería increíble que el público viera a Sacha por primera vez. Este papel dramático te permite descubrirlo en situaciones límite, pero sin la máscara exagerada de sus personajes..."
Es sólo él, casi al desnudo, frente a la cámara.