El final de la segunda temporada de Servant, el thriller sobrenatural creado por el maestro del horror M. Night Shyamalan para Apple TV+, nos dejó picadísimos con su final. ¿Es Leanne Grayson (Nell Tiger Free) una mujer dotada con poderes demoniacos o divinos?, ¿va a castigar a Dorothy (Lauren Ambrose) y Sean Turner (Toby Kebbell) por dejar morir a Jericho, su bebé recién nacido? Las respuestas ya empezaron con la tercera temporada, cuyo primer episodio ya está disponible en la plataforma.
Además de la escalofriante y misteriosa personalidad de Leanne, esta serie ha dejado a todos sus fans atrapados por la representación del trauma psicológico de Dorothy a causa de la muerte de su hijo, a quien olvidó en su auto durante el día más caluroso del verano y se asfixió. Para llevar su duelo, ella utiliza un bebé reborn, un muñeco con facciones y apariencia real a la de un humano, que a lo largo del programa se transforma asombrosamente en un niño de verdad (perdonen por la frase de Pinocho, ¡pero eso pasa!).
Aquí radica uno de los mayores terrores que han experimentado Tiger Free y Ambrose: con los bebés utilizados para dar vida al pequeño Jericho. Así como lo leen, ninguna tiene pesadillas con demonios, plagas bíblicas o cualquier criatura proveniente de la espiritual imaginación de Shyamalan, sus mayores traumas los han vivido con estos mini humanitos, segun compartieron a varios medios internacionales durante la presentación de la tercera temporada.
"¡Uno de ellos me mordió!", dijo Ambrose, "recuerdo que fue un día terrible y espantoso", completó, después de reírse. Pobres chiquitines, seguro se desesperan de no estar en brazos de sus verdaderos padres y empiezan a buscar cómo cobrar su estrés. "Uno de ellos me rasguñó. ¡Hasta tengo una cicatriz!", se desahogó Tiger Free. ¡Ven! A estas alturas, Shyamalan dejará a la británica sin ganas de tener un hijo, si es que está en sus planes a futuro.
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Explicaron que para hacer todas estas escenas de Jericho, la producción tiene a varias parejas de gemelos listas para entrar al quite y no retrasar el rodaje si uno de ellos se hace del baño, que ya les tocó mientras están filmando alguna escena; llora, está inquieto o tiene hambre. Toda esta onda de las mordidas, los rasguños, los jalones de pelo y cualquier travesura de los infantes ocurre porque las actrices no pueden mostrar los rostros a la cámara, por cuestiones de seguridad y legislativas, y deben mantenerlo cubierto contra sus cuerpos.
"Así que tienes que ingeniartelas para mantenerlos tranquilos, pero dependes de si los bebés llegan de buen humor. Personalmente me las he arreglado para tener clandestinamente algunos bocadillos en la bolsa y así entretenerlos hasta que llegan los encargados de alimentarlos. Esto no tiene nada que ver con actuación, es simple instinto materno. No me di cuenta que firme mi contrato para esa situación, sólo para cargar al muñeco de plástico. Pero está genial", platicó Ambrose.
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En 2023, ambas regresarán para ser parte de la conclusión de una de las producciones más espeluznantes de Shyamalan, incluso, laureada por la crítica que suele, por lo regular, aplastar sus películas y adaptaciones. Por ejemplo, la de El último maestro del aire, de la cual nadie lo puede defender. Un total fiasco para el legado de la épica animación Avatar: La leyenda de Aang, que es mejor olvidar. Servant, sin duda, le ha dado redención. Cada viernes habrá un episodio de estreno.
