SensaCine México
Mi cuenta
Un cineasta debutante usó el horror del trauma para salvar el terror en 2022
por Jorge SantamaríaLa publicidad de Sonríe, la ópera prima del cineasta Parker Finn, es suficientemente convicente para comprar un boleto en Cinemex o Cinépolis desde hoy. Agregamos la presencia de Sosie Bacon y redobla el interés. Los fanáticos de horror recordarán el apellido y lo relacionarán con Kevin Bacon, pues sí, el protagonista de Tremors, Ecos mortales y debutante en Viernes 13, la primera aparición de Jason Voorhees, es su padre. Ya imaginarán que esta cinta carece de ser un refrito y esto, señores, es una green flag tremenda.
La doctora Rose Cotter (Bacon) es testigo de un incidente traumático durante una consulta de evaluación psquiátrica, evento que repercute en su vida diaria los siguientes cuatro días al padecer toda clase de alucinaciones que preocupan a su esposo Trevor (Jessie T. Usher), a su jefe el doctor Morgan Desai (Kal Penn) y amigo el oficial Joel (Kyle Gallner), éste, el único que cree que sus erráticas acciones se deben a un perverso espítitu.
La premisa es muy inteligente por parte del debutante realizador. Introdujo un demonio que se alimenta de las experiencias postraumáticas de sus víctimas, viendo en la perturbada mente de Rose una suculenta forma de prevalecer debido a un episodio insuperable desde su niñez, reavivado tras presenciar aquel tragedia ocurrida a una de sus pacientes en el nosocomio. Desde aquí el guion erradicó cualquier cliché o intención de remitirnos a un tipo de Eterno resplandor de una mente sin recuerdo versión horror.
El deterioro es cronológico. Bastante bien pensado. Apenas tiene unos días para descubrir qué sucede y. no caer en el mismo infierno. Lo malo, Finn alarga bastante la putrefacción psicológica del personaje protagónico. Genera ansiedad, sí, pero al mismo tiempo hay acciones hilarantes. La tensión se rompe por los diálogos irreverentes y vuelve a comenzar el ciclo de misterio en el espectador. No hay espacio para comernos las uñas hasta llegar a lastimarnos como espectadores o para taparnos los ojos.
Paramount Pictures
Hay un par de jump scares efectivos, otros predecibles por culpa del tráiler o que jamás funcionan. Gritos visuales ahogados. El camino al desenlace se vuelve bastante evidente en el momento que destrañan que es parte de una cadena diabólica elaborada por un espírituo maligno, el cual jamás llegan a explicar. Aquí termina lo original, porque hay una intención de recuperar el éxito detrás de la saga Destino final o El aro en cuanto a los sucesos ligados por una situación particular.
Pero hay truco en esta intención de vender el horror-chain: un plot twist inesperado. Justo cuando pensabas que el final había arruinado la película, Finn juega literalmente con nuestras mentes y nos involucra dentro del trauma de Rose. El abucheo nos lo tragamos porque sí nos cambia la jugada. Hacernos pensar en Destino final y ese tipo de películas fue un recurso mega importante para el finiquito de su largometraje.
Paramount Pictures
Eso sí, la aparición del demonio no es tan espeluznante como creíamos o nos lo dibujaron en los bocetos de la investigación. El CGI es austero y por momentos parece muy arraigado a lo que son los titanes del anime Attack on Titan, incluso en su forma desollada. Pero no podemos pedir mucho más después de entender que con 17 millones de dólares, Finn y su equipo de efectos visuales hicieron magia para darnos una de las cintas originales del 2022, mil veces mejor que Halloween: La noche final y La masacre de Texas, por mencionar un par de clásicos que llegaron este año.
La última escena es parte de los clichés del cine de horror noventero y dosmilero: las maldiciones se heredan, pero después del giro de tuerca es válido. Una inmolación, quizá inspirada en la novela "Firestarter" Stephen King, deja la puerta abierta para una secuela que debe mejorar el humor negro en su guion, porque es bastante malito el recurso en Sonríe. Finn no hizo una porquería. Nunca pierdes el tiempo, sólo es un debut regular que cayó en banalidades del género por culpa de su poco presupuesto, agujero compensado por la originalidad del conflicto, el plot twist y la enorme actuación de Bacon.
