En la cinta biográfica ¡Bolas de fuego!, dirigida por Jim McBride (Sin aliento), el joven y arrogante Jerry Lee Lewis ha regresado a grabar, tras tener a su primer hijo, en su segundo matrimonio, enfocándose en la música country, a pesar de que el rock and roll es su pasión. Dicho género no acepta que el joven será pianista, en lugar de guitarrista y varios clubes y disqueras le han cerrado las puertas. Cuando, a mediados de la década de los años 50, lee un artículo sobre el éxito que ha conseguido Elvis Presley, Lewis decide mudarse a la ciudad de Memphis y buscar una oportunidad con la misma disquera. Ese mismo año, por azares del destino, Lewis logra grabar unas piezas con el propio Presley, evento que lo catapultaría al estrellato y que para 1957 lo convertiría en una de las estrellas más queridas de la época. Pero cuando estaba por iniciar una gira en el Reino Unido, se descubre que Jerry está casado la hija de su primo, Myra, de 13 años de edad y se creó un escándalo que estuvo por destruir su trayectoria y su vida personal.