Al final de la cuarta temporada, la princesa Diana y el príncipe Carlos son padres de dos herederos: el príncipe William y el príncipe Harry; sin embargo, su matrimonio tiene muchos problemas. Todo empeora cuando Diana se entera del romance que su esposo mantiene con Camilla, lo que hace que termine solicitando el divorcio, tras 15 años de matrimonio. La corona británica entra en el ojo del huracán cuando la noticia del divorcio y el romance de Carlos se hacen públicos. La Reina Isabel II busca la manera de mantener el honor de su familia intacto. La tragedia aparece cuando la vida de la princesa de Gales termina por un trágico accidente automovilístico.