Cuando se estrenó Aftersun de Charlotte Wells en el Festival de Cannes en 2022, poco se sabía de su directora ni de su protagonista, la pequeña niña de 11 años; la promesa del filme era Paul Mescal, la estrella juvenil que llegó a la fama internacional con su participación en la miniserie Normal People. Tras su paso por el circuito de festivales de otoño, la película alcanzó un reconocimiento desmedido entre las audiencias, pero sobre todo, nos dio a conocer a una cineasta emergente con un talento brillante, y pronto el nombre de Wells fue tan importante como el de su actor protagónico.
Si se identificaron con la historia de Sophie (interpretada por Frankie Corio) y Calum (Mescal) o no, es innegable la capacidad que tuvo la autora para abrir un recuerdo tan profundo de su memoria y compartirlo ante el público, logrando reflexionar sobre la relación entre padre e hija desde una perspectiva adulta y redefiniendo lo que sentimos cada vez que escuchamos "Under Pressure" de Queen y David Bowie, resignificando un clásico ochentero en un himno desgarrador al recordar al actor de La hija oscura bailando al ritmo de la canción.
La película y su realizadora fueron objeto de críticas y señalamientos por "manipular a la audiencia", argumentando que se jacta de la nostalgia para estremecer al espectador. ¿Por qué señalarla a ella y a otros directores no? Wells no fue la única en retratar un periodo de su infancia y adolescencia ante la cámara, el mismo Steven Spielberg lo hizo con Los Fabelman, película por la que fue nominado a Mejor director, Mejor guion original y Mejor película en los Oscar 2023.
Parece que con el advenimiento del movimiento Me Too en 2017 y tras haber premiado a Chloé Zhao y Jane Campion en las últimas dos entregas de premios de La Academia, la industria cinematográfica en Hollywood ya se olvidó de reconocer el trabajo de la mujer en el cine. Eso no significa que las demás obras sean inferiores, pero el rol que ellas cumplen en la industria es tan importante como el de los otros.
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Este año fue Ellas hablan, de la directora canadiense Sarah Polley, la cinta que logró colarse entre las 10 contendientes al mayor galardón de la noche más importante del cine. En ella vemos cómo una grupo de mujeres de una comunidad religiosa debaten sobre quedarse y luchar contra sus agresores o irse a otro lugar para iniciar una nueva vida. Los Oscar aparentan mostrar equidad con sus nominados al incluir esta película en su lista, tomando en cuenta que un tema como tal es lo suficientemente adecuado para cumplir con su cuota de género en la edición correspondiente.
Si bien recibir una nominación o un premio no es indicador de la calidez de una obra cinematográfica, Charlotte Wells fue la gran omisión de este año. Su ópera prima ha sido uno de los mejores debuts en la actualidad y nos ha presentado a una cineasta que tiene un futuro prometedor como directora. Desde sus tres cortometrajes previos a su primer largometraje es visible el talento que posee la artista escocesa, que tiene entre sus influencias a grandes realizadoras como Lynne Ramsay y Chantal Akerman, mismas que ella ha nombrado como su inspiración.
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Laps, Blue Christmas y Tuesday son los cortos de la cineasta que están disponibles en internet y son gratuitos para verse por el público. Este último también se encuentra en la plataforma MUBI, y es una obra que funciona a manera de complemento tras haber visto Aftersun. Desde entonces era palpable la enorme intención y valentía que tenía por interpolar su vida personal y profesional, que con tan solo un largometraje se convirtió en una promesa más grande que muchas más.
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Hubiera sido gratificante ver el nombre de una directora como ella entre la lista de los nominados a dirección, guion original y película; y que su ópera prima no solo fuera reconocida por la actuación masculina, que bien merecida la tiene Mescal, pero en esta industria no queda más que resistir y seguir luchando por la visibilidad y el reconocimiento.
¿Y de qué manera? Apoyando a una cineasta a difundir su trabajo y su papel en el cine. Acudiendo a ver sus estrenos a salas, hablando de sus realizaciones con otras personas, compartiendo el acceso a mirar sus demás obras; no sin olvidar que el talento femenino siempre ha estado presente en el séptimo arte, frente y detrás de la cámara, y debe ser reconocido.
