Hay películas en la historia del cine que no importa cuántas veces las veas, su plot twist siempre termina asombrándote a pesar de que ya conoces el desenlace. Historias como El sexto sentido impresionaron a las audiencias durante su lanzamiento, mientras que hay películas con giros más desgarradores como el de Incendies de Denis Villeneuve u otros más cómicos como el de Loco y estúpido amor entre los personajes de Steve Carell y Ryan Gosling.
Decenas de cintas son acreedoras del título de favoritas gracias a su plot twist, pero hay una que estrenó a mediados de la década de los 90 y desde entonces ha sido considerada como una de las producciones con el mejor giro en la historia del cine. Protagonizada por Benicio del Toro, Kevin Spacey y Kevin Pollack, esta película se convirtió en un thriller clásico gracias a su narrativa a través de los flashback, pero sobre todo por su inesperado final.
El largometraje fue dirigido por Bryan Singer (también realizador de X-Men que después fue señalado por abuso sexual a menores) y contó con un guion escrito por Christopher McQuarrie, el cineasta detrás de las últimas entregas de la saga de Misión Imposible con Tom Cruise. Su libreto fue tan aclamado que ganó la estatuilla en los premios Oscar de dicho año, además de que también le consiguió el galardón a Spacey por su interpretación como Roger ‘Verbal’ Kint.
Se trata de Los sospechosos de siempre, una película en la que un estafador es interrogado por la policía tras sobrevivir a un gran tiroteo. Al ser cuestionado sobre el incidente, revela una historia sobre cinco mafiosos dirigidos por una mente maestra a quien llama Keyser Soze, de quien no saben su identidad y cuya existencia causa intriga entre el mundo criminal. Es entonces cuando comienza a contar todo lo que ha visto y escuchado desde semanas atrás cuando es arrestado junto a otros cuatro matones, pero ¿quién se esconde detrás de Soze?
Universal Pictures
No revelaremos spoilers para no arruinarle la película a quienes no la han visto, pero la escritura meticulosa de la producción cinematográfica, así como las actuaciones de cada miembro de su elenco desencadenan en un inesperado final que provocó que esta cinta fuera odiada por el público y la crítica durante su estreno, pero que años más tarde le otorgaría el título de película de culto.
