En 2021, Pequeños secretos finalmente llegó a las pantallas tras un largo y accidentado proceso de producción que se extendió por 28 años. Este thriller policíaco, disponible en Max y Prime Video, reúne a Denzel Washington, Rami Malek y Jared Leto, todos ganadores del Oscar, en una inquietante historia de asesinatos y obsesión. Sin embargo, su recepción fue mixta y quedó lejos de convertirse en el clásico que prometía su premisa y elenco.
Denzel Washington, Rami Malek y Jared Leto: un trío ganador del Oscar en un thriller inquietante
El guión de Pequeños secretos fue escrito en 1993 por John Lee Hancock, quien no solo lo creó, sino que décadas después terminó dirigiendo la película. Su visión original se mantuvo intacta en muchos aspectos, incluida la ambientación en los años noventa, un periodo pre-celulares que representaba mayores retos para los detectives. Aunque esta elección añadió autenticidad al relato, también provocó que el filme se percibiera como un "thriller de antaño", con una estética y narrativa que evocaban más a los años noventa que al cine contemporáneo.
La producción de Pequeños secretos estuvo marcada por varios intentos fallidos de llevar el guión a la pantalla grande. Directores de renombre como Steven Spielberg, Clint Eastwood, Warren Beatty e incluso Danny DeVito estuvieron vinculados al proyecto en algún momento, pero ninguno logró concretarlo. Finalmente, en 2021, Hancock decidió tomar las riendas como director, cerrando un capítulo de casi tres décadas.
El filme se desarrolla en un pequeño pueblo de California y sigue a Joe "Deke" Deacon (Denzel Washington), un veterano sheriff adjunto que se une al joven detective Jim Baxter (Rami Malek) para resolver una serie de asesinatos. Jared Leto interpreta a Albert Sparma, un sospechoso perturbador que mantiene al público y a los investigadores en constante tensión. Con sus interpretaciones, los tres actores logran capturar la complejidad emocional y moral de la trama.
Uno de los aspectos más discutidos de la película es su final, que opta por un giro más psicológico que espectacular. En lugar de centrarse en la resolución clara del caso, Pequeños secretos explora las consecuencias emocionales de la obsesión y la culpa en sus personajes principales. Este enfoque, aunque divisivo, añade profundidad a la narrativa y la distingue de otros thrillers policíacos más convencionales.
Muchos críticos señalan que, de haberse filmado en la década de 1990, Pequeños secretos podría haber alcanzado un estatus similar al de clásicos como Se7en o El silencio de los inocentes. Sin embargo, su estreno en un contexto cinematográfico moderno, donde el género ha evolucionado significativamente, dificultó su recepción. Aun así, el filme ofrece una experiencia nostálgica para quienes aprecian los thrillers de esa época.