A lo largo de la historia del cine, hay películas que han marcado un antes y un después, estableciendo nuevos horizontes de narración y estéticas cinematográficas. Desde clásicos como Ciudadano Kane y El Padrino, hasta producciones más recientes como Mad Max: Furia en el camino, muchas cintas han sido reconocidas por su impacto en la industria. Dentro de esta lista de grandes obras, el género de la ciencia ficción ocupa un lugar privilegiado, expandiendo los límites de la imaginación y explorando preguntas fundamentales sobre el futuro, la tecnología y la condición humana.
Por supuesto, el cine de ciencia ficción ha regalado algunas de las películas más influyentes de todos los tiempos. Títulos como 2001: Una odisea del espacio, Blade Runner, El día que la Tierra se detuvo e Interestelar han fascinado a los espectadores al presentar mundos alternos, dilemas filosóficos y escenarios futuristas que nos invitan a reflexionar sobre nuestra propia realidad. Al combinar aventura, tecnología y cuestionamientos existenciales, no es ninguna sorpresa que el género sea uno de los favoritos del público.

Cuando se habla de las mejores películas de ciencia ficción, los nombres que suelen aparecer con más frecuencia son Star Wars y Terminator. Si bien ambas franquicias han definido el género con su mezcla de acción, efectos visuales innovadores y personajes icónicos, existe una joya del cine que, aunque no goza de la misma fama entre el público general, es considerada por los expertos como una obra maestra del género: Stalker: La zona, la película de 1979 dirigida por Andrei Tarkovski.

Stalker: La zona es una película que trasciende las convenciones tradicionales de la ciencia ficción. La trama sigue ocurre en un país de Europa, ha corrido el rumor de la caída de un meteorito que ha creado un espacio llamado "la zona", un espacio que se encuentra fuertemente vigilado por militares. Muchas personas, invadidas por la curiosidad y la creencia de un misterio que dice que ahí dentro se cumplen los deseos, han entrado al área, pero nunca han regresado.
Ahí, un grupo selecto de personas se ha convertido en la guía de la zona llamados los Stalker, se han convertido en los encargados de llevar a personas desesperadas al centro del área donde está la habitación que cumple los deseos de las personas. Dos hombres, un profesor y un escritor, han contratado los servicios de un Stalker, quien los llevará a través de la zona, donde la naturaleza cambia a cada instante, para llegar a la habitación misteriosa. Cada uno tiene su propia agenda y la zona revelará lo peor, pero también, lo mejor de ellos.

A través de una narrativa pausada y contemplativa, Tarkovski sumerge al espectador en una exploración filosófica sobre el deseo, la fe y la naturaleza humana. La influencia de Stalker: La zona es innegable: mientras que, por un lado, la crítica ha elogiado consistentemente a la cinta por su profundidad y complejidad, otros han alabado el uso de una estética con paisajes industriales abandonados que ha inspirado a numerosos artistas y creadores.
