Si Hollywood tuviera una reina absoluta de las comedias románticas, Julia Roberts definitivamente sería coronada sin dudarlo. Desde que la vimos recorrer Rodeo Drive con sus botas largas y su sonrisa deslumbrante en Mujer Bonita, supimos que tenía algo especial. Luego llegó la inolvidable escena de La boda de mi mejor amigo con su amor imposible, y por supuesto, ese momento de Un lugar llamado Notting Hill donde le dice a Hugh Grant: "Soy sólo una chica, de pie frente a un chico, pidiéndole que la ame".
No importa el guión, el galán o la locación: si Julia está ahí, sabes que vas a reír, llorar y probablemente replantearte tus decisiones amorosas. Pero lo que pocos saben es que, hace algunas décadas, la vida amorosa de Julia dio un giro tan dramático que bien podría haber sido la trama de una de sus comedias románticas.

A veces, la línea entre la vida real y las películas se vuelve tan delgada que ya no sabes si estás leyendo una noticia o la nueva cinta de Netflix. Eso fue exactamente lo que pasó con Julia Roberts y su fallida boda con el también actor Kiefer Sutherland, a inicios de los noventa. Pocos recuerdan que la actriz de La sonrisa de Mona Lisa canceló su boda con Kiefer, a sólo tres días de la celebración. Lo más sorprendente fue que escapó con el mejor amigo del actor, un momento digno de una telenovela como Rubí con guión de Grey’s Anatomy.

La pareja, que había comenzado a salir tras coincidir en la película Línea Mortal, era una de las favoritas del público. Las alfombras rojas, las portadas de revistas y los paparazzi estaban al acecho, tratando de sacar la mejor imagen de una boda de ensueño que iba a tener lugar Los Ángeles el 14 de junio de 1991. Pero el corazón de Julia quería algo distinto.
El día especial nunca llegó. Julia, quien apenas tenía apenas 23 años, decidió cancelar la boda solo 72 horas antes. ¿La razón? Según múltiples medios de la época, la actriz se sentía abrumada, presionada y simplemente no estaba lista. Sin embargo, lo que desató el verdadero escándalo fue lo que vino después: Julia fue vista viajando a Irlanda con Jason Patric, el mejor amigo de Sutherland. Sí, ese mismo Jason Patric que había sido su confidente durante los meses previos a la boda y quien, al parecer, se convirtió en algo más.

¿Y qué pasó con Sutherland? Si estás pensando que Kiefer no supera este momento, lo cierto es que el actor ha hablado del tema con bastante madurez y hasta sentido del humor con el paso de los años. En una entrevista con People, Kiefer admitió que probablemente ambos eran demasiado jóvenes para casarse y que Julia, en lugar de cometer un error del que se arrepintiera toda la vida, simplemente tuvo el valor de enfrentarlo antes de decir "sí, acepto". Además, aseguró que, aunque fue una situación dolorosa, entendió las razones.
