Con su estreno en las salas de Cinépolis y Cinemex, Thunderbolts se convierte en uno de los proyectos más esperados del cierre de la Fase 5 del Universo Cinematográfico de Marvel. A diferencia de anteriores películas centradas en épicos enfrentamientos interdimensionales, esta apuesta por un enfoque más terrenal, imperfecto y emocional, presentando a un grupo de antihéroes dañados por su pasado y obligados a colaborar. Bajo la dirección de Jake Schreier, esta cinta se desmarca por su tono más introspectivo y menos grandilocuente.
Schreier, lejos de quedarse en fórmulas prefabricadas, optó por una narrativa que prioriza la conexión humana entre personajes como Yelena Belova (Florence Pugh) o el Red Guardian (David Harbour). En lugar de abusar del CGI, muchas de las secuencias fueron filmadas con efectos prácticos, incluso incluyendo una impresionante escena de salto filmada en el Merdeka 118 de Malasia, el segundo edificio más alto del mundo. “Queríamos que las acrobacias se sintieran reales, sin perder el impacto visual”, declaró el cineasta, cuyo sello personal se percibe en cada secuencia.
Marvel Studios
Jake Schreier: del terror más visceral de Netflix al universo Marvel
Antes de formar parte del MCU, Jake Schreier ya tenía una carrera sólida y variada. Se dio a conocer en el cine independiente con Robot & Frank, una entrañable historia de ciencia ficción protagonizada por Frank Langella. Más adelante dirigió Ciudades de papel, adaptación del bestseller de John Green con Cara Delevingne y Nat Wolff. Además, ha trabajado en televisión dirigiendo episodios de series como Beef, protagonizada por Steven Yeun y Ali Wong, que fue aclamada por la crítica.
Pero entre todos sus proyectos, hay uno que destaca por su atmósfera retorcida, su audacia visual y su singularidad narrativa: Nuevo sabor a cereza (Brand New Cherry Flavor), una serie limitada de terror surrealista que se encuentra en el catálogo de Netflix. Schreier fue responsable de dos de sus episodios más impactantes: el sexto, “Milk Bath”, y el séptimo, “Egg”. Ambos capítulos son piezas clave del clímax de la serie, en donde la intensidad visual y narrativa alcanza su punto más alto.
Netflix
Nuevo sabor a cereza relata la historia de Lisa Nova (Rosa Salazar), una joven cineasta que llega a Los Ángeles decidida a realizar su película, solo para ser traicionada por un productor abusivo. Desesperada, busca venganza a través de un pacto con una bruja ancestral, lo que la sumerge en un mundo de magia oscura y mutaciones físicas. La serie es una mezcla perturbadora de horror corporal y crítica a la industria del entretenimiento, todo visto desde una lente surrealista que coquetea con el delirio.
Aunque la serie fue concebida como una miniserie y no tendrá segunda temporada, Nuevo sabor a cereza dejó una huella profunda entre los fanáticos del horror experimental. Es una obra que habla de venganza, identidad y poder, y que encuentra en Schreier a uno de sus principales arquitectos visuales. Si Thunderbolts promete explorar lo que hay detrás de los héroes rotos, Nuevo sabor a cereza demostró que Schreier ya sabe cómo construir personajes complejos dentro de mundos grotescos y fascinantes.