Si hay una década que redefinió lo que significaba ser un héroe de acción con esteroides, esa fue sin duda los ochenta, una época dorada repleta de músculos, explosivos, helicópteros en cámara lenta y los diálogos increíbles. En ese escenario, dos titanes se alzaron sobre los demás: Sylvester Stallone, que con Rocky y Rambo construyó su reinado a base de puñetazos y patriotismo, y Arnold Schwarzenegger, el austriaco más rudo del planeta, que convirtió Terminator en un fenómeno y a Depredador en una franquicia para la posteridad.
Pero no todo giraba en torno a Sly o Arnie. En medio del campo de batalla que era Hollywood, otro nombre comenzó a resonar. Un actor que ya había probado los golpes de Stallone y que pronto se iría al otro extremo de la balanza para enfrentarse al protagonista de El vengador del futuro. Pero al ver el imponente físico del llamado "Governator", esta estrella se dio cuenta de que necesitaba más músculo para poder enfrentarse a él de forma gloriosa y digna.
Se trata de Carl Weathers, el mismo que interpretó al legendario Apollo Creed, rival y luego amigo del boxeador de Filadelfia. Weathers se convirtió en un rostro inolvidable tras su participación en Rocky y sus secuelas, pero lo que pocos saben es que después de intercambiar golpes con Balboa, Carl salió del ring con una misión clara: ganarse un lugar en la mesa de los héroes ochenteros y eso significaba mirar de frente a Schwarzenegger.
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En una entrevista recuperada recientemente, el propio Weathers recordó el momento en el que se percató que requería de mayor fuerza al participar en Depredador junto a Arnold. "Estábamos filmando 'Depredador' en la selva de México y allí estaba Arnold cargando 40 toneladas (...) y pensé: 'Este tipo tiene los brazos más grandes del mundo. Necesito más músculo. Necesito ganar masa muscular'", dijo en una entrevista.
Pronto, Weathers descubrió que Schwarzenegger se levantaba al gimnasio a las 4:30 a.m. para ejercitarse antes de filmar y le surgió una idea: llegar antes que él. Sin embargo, el actor no contó con que la estrella de El regalo prometido subiría la apuesta y no se dejaría vencer tan fácilmente: "Luego me enteré de que Arnold empezó a correr a las 3:30 de la mañana y pensé: 'Esto es una locura. No puedo seguir así'".
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Lo cierto es que Depredador representó el momento en que Carl Weathers se consolidó como una figura de acción por derecho propio. Ya no era solo "el rival de Rocky", ahora era el hombre que peleaba en la selva, se movía con estilo y moría con honor ante un alienígena invisible. En otras palabras, estaba en la misma liga que los grandes.