Después de mucha espera finalmente está en cines la nueva película de Lilo y Stitch la cual, más allá de la polémica con las palomeras revendidas, tuvo varios retos para llevar la belleza y toda la esencia de la animación al live-action protagonizado por Maia Kealoha y Sydeney Agudong como las hermanas Lilo y Nani.
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Precisamente para hablar de aquello que tuvieron que sortear el director Dean Fleischer-Camp y el productor Jonathan Eirich platicaron con SensaCine Latam y revelaron algunos detalles detrás de la magia de llevar al tierno y esponjoso Stitch a esta película sin arrebatarle su personalidad caótica característica.
En primer lugar Fleischer-Camp, quien también estuvo a cargo de Marcel, el caracol con zapatos, comentó que fue un gran reto pasar a ese personaje tan querido de la animación a la acción real "sin quitarle el carisma, la ternura y toda esa expresividad" que se da mucho más fácil en el formato 2D.
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Para conseguir esto, hubo un elemento en el set que fue clave en el proceso pues según el director fue el ejemplo perfecto para "emular el caos de Stitch en el mundo real". Se trata de un perrito bulldog francés:
Teníamos a este perro Dale, que es un verdadero torbellino. De hecho, aparece en la película. Tiene dos escenas en la playa, en las que se le ve surfeando sobre una tabla. Ese perro se convirtió en el referente para algunas escenas
El director también comentó que mientras filmaban las escenas con lo que más adelante en edición sería el enérgico Stitch, más allá de usar cosas "como una pelota de tenis pegada a una vara", recurrieron a un titiritero y a un coach de actuación para dar vida al momento de grabar las escenas más emotivas.
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Al final, el resultado es una película que ya ha recibido sus primeras reacciones por parte del público y que con algunos cambios respecto a la cinta animada de 2002, intentará cautivar a los fans de la original y las nuevas generaciones. ¿Ya la fuiste a ver al cine?