Dentro del catálogo de Netflix, las comedias románticas mexicanas han encontrado un terreno fértil para alcanzar audiencias masivas. Películas como Solteras con Cassandra Ciangherotti, Como caído del cielo con Omar Chaparro y Ahí te encargo con Mauricio Ochmann han mostrado que el amor y el humor siguen siendo una fórmula efectiva cuando se aborda desde situaciones cotidianas, personajes entrañables o enredos con tintes de melodrama.
Estas producciones, aunque muchas veces criticadas por su convencionalismo, suelen conectar con el público por su frescura y su capacidad para ofrecer un escape ligero. En este contexto, no sorprende que una comedia romántica mexicana inesperada y que pasó desapercibida en su estreno en salas de cine en 2018 haya resurgido con fuerza hasta posicionarse en el top 5 de lo más visto en la plataforma en México.
Fox International Productions
Nadie la pidió, pero ya está en el top: la inesperada resurrección de esta comedia romántica mexicana
Dirigida por Pepe Bojórquez, Más sabe el diablo por viejo parte de una premisa tan absurda como peculiar. Teo (Osvaldo Benavides), un ingeniero químico que ha dejado todo para convertirse en actor, atraviesa una mala racha profesional y personal que lo lleva a asumir una doble identidad: tras un error administrativo en el Sindicato de Actores, decide fingir que es un anciano de 80 años para acceder a un lugar en la Casa del Actor e integrarse a una comunidad de artistas retirados.
Lo que parecía una farsa momentánea se prolonga cuando conoce a Dafne (Sandra Echeverría), una joven médica en servicio social con quien establece una relación romántica, no sin antes enfrentar dilemas morales y situaciones comprometedoras. El conflicto central, como era de esperarse, no radica solo en la mentira, sino en la imposibilidad de sostenerla cuando el amor comienza a brotar. Esta dualidad entre identidad real y personaje impostado da pie a los enredos clásicos de la comedia romántica, aunque sin la profundidad emocional que la premisa podría sugerir.
Fox International Productions
Más allá del romance, la película intenta reflexionar (con mayor entusiasmo que lucidez) sobre la vocación actoral. Teo, al convivir con los ancianos de la Casa del Actor (interpretados por leyendas como Ignacio López Tarso, Isela Vega y Lorena Velázquez), se da cuenta de que todos ellos conservan la ilusión de regresar al escenario. Con el pretexto de hacerlos sentir útiles, propone crear una serie web donde puedan volver a actuar. Este giro transforma el relato en una película dentro de otra, un truco metaficcional que se utiliza más como distracción narrativa que como exploración auténtica del quehacer cinematográfico.
El filme aprovecha esta subtrama para jugar con los clichés del rodaje: desde los errores de continuidad hasta los problemas de sonido y guion. Sin embargo, más que profundizar en los retos del audiovisual independiente o reflexionar sobre la memoria artística, la película termina por reforzar una visión ligera y complaciente del arte escénico. Las buenas intenciones se diluyen en medio de situaciones inverosímiles y recursos simplistas que no logran sostener el drama ni el humor con verdadera eficacia.