Cuando hablamos de Hugh Jackman, inmediatamente pensamos en esas garras hechas de adamantium, un rostro con el ceño fruncido y peleas legendarias. Esto no es para menos, ya que el actor australiano le ha dado vida a Wolverine durante más de 15 años y se convirtió en uno de los superhéroes más queridos e icónicos del cine. Y aunque todos los reconocen por ser uno de los integrantes más legendarios de los X-Men, la realidad es que no todo en la carrera de Jackman han sido mutantes en trajes de cuero entallados.
A lo largo de los años, el actor ha demostrado ser un verdadero titán en la pantalla. Desde su papel conmovedor como Jean Valjean en Los Miserables, donde cantó y lloró como todo un campeón. O cuando lo vimos brillar en El gran showman, interpretando a P.T. Barnum con todo y coreografías épicas. Y claro, también está ese lado más sensible en Gigantes de acero, donde entrenaba a un robot boxeador con más corazón que muchos humanos.
Pero para todos los que pensaban que Wolverine era su único rol de héroe, están en lo equivocado. Fue en 2004 cuando Hugh Jackman también salvó al mundo. pero esta vez enfrentando a monstruos clásicos en una cinta de acción sobrenatural que, aunque en su momento fue algo subestimada, hoy es todo un éxito en HBO Max. Estamos hablando de Van Helsing: El cazador de monstruos.
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En Van Helsing, Jackman se mete en la piel de Gabriel Van Helsing, una especie de James Bond que usa cruces benditas, armas rarísimas y una misión casi divina: el acabar con todo lo sobrenatural que no debería estar vivo. Su trabajo lo lleva a la siempre tenebrosa Transilvania, donde debe enfrentarse ni más ni menos que al conde Drácula, el Hombre Lobo y a Frankenstein, todos en una sola película.
Pero esta no es una cinta de terror tradicional: hay explosiones, persecuciones, efectos especiales de la década de los 2000. Van Helsing no es sólo un cazador, es un héroe de acción que podría fácilmente compartir universo con Blade, Hellboy y otros personajes más oscuros.
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Si bien Van Helsing puede no haber sido un éxito de crítica en su estreno, con el tiempo se ha ganado un lugar como película de culto. Es divertida, explosiva, sin pretensiones y con un protagonista que sabe cómo hacer que todo salga bien, incluso mientras pelea con murciélagos gigantes. Además, es de esas cintas que no necesitan mucha explicación, tan solo es darle reproducir play y disfrutar del caos sobrenatural.