Desde su origen en 1993 con Jurassic Park, la saga creada por Steven Spielberg se distinguió por una regla fundamental: los dinosaurios debían comportarse como animales, no como monstruos. Esta filosofía guiaba tanto la puesta en escena como el desarrollo de los personajes prehistóricos. Sin embargo, Jurassic World: Renace marca una ruptura deliberada con ese enfoque. En esta nueva entrega que ya puedes ver en Cinépolis y Cinemex, los dinosaurios dejan de ser simples criaturas de otro tiempo para convertirse en aberraciones genéticas: experimentos fallidos, violentos e impredecibles.
Ubicada cinco años después de los eventos de Jurassic World Dominion, esta séptima película nos presenta a Zora Bennett (Scarlett Johansson), una experta en seguridad; al paleontólogo Henry Loomis (Jonathan Bailey); y a Duncan Kincaid (Mahershala Ali), capitán de un navío científico. Su misión es recolectar ADN de los tres dinosaurios más imponentes del planeta (uno de tierra, uno de mar y otro del aire) para desarrollar un fármaco revolucionario. Pero su viaje a la isla Saint-Hubert revela un oscuro secreto: un laboratorio abandonado donde se crearon híbridos monstruosos. Entre ellos, una nueva amenaza con alas.
Universal Pictures
El Mutadón: el nuevo híbrido alado de ‘Jurassic World: Renace’
El Mutadón es, sin duda, una de las criaturas más terroríficas de la franquicia. Se trata de una combinación genética entre un velociraptor y un pterosaurio, con un cuerpo esbelto, de casi dos metros de altura y más de cuatro de largo. Pesa unos 250 kilos y destaca por sus alas delgadas, su piel traslúcida que deja ver parte del esqueleto y una fisonomía que, aunque recuerda a los clásicos raptors, se percibe como algo mucho más perturbador.
El proceso de diseño del Mutadón fue particularmente complejo. Gareth Edwards, director de Jurassic World: Renace, relató que tomó más de nueve meses dar con un concepto que equilibrara lo fantástico con lo creíble. “Probamos miles de ideas”, dijo en entrevista con Slate, aludiendo a la dificultad de crear una criatura que pudiera resultar tanto visualmente aterradora como verosímil desde un enfoque científico. Para lograrlo, el equipo trabajó con paleontólogos, ilustradores y expertos en efectos visuales, incluyendo a Carlos Ciudad, quien destacó que se buscaba que el Mutadón, aunque fuera un "experimento fallido", resultara plausible en pantalla.
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El Mutadón fue idea del propio guionista David Koepp, quien imaginó a estos seres como el resultado de experimentos abandonados de la era original de Jurassic Park. “No todos los experimentos salieron bien”, comentó Koepp. Si bien es cierto que en otras películas de la saga ya se habían presentado híbridos, como el Indominus Rex o el Indoraptor, el Mutadón marca una evolución clara: ahora el peligro puede venir desde el aire.
Aunque el Mutadón puede parecer completamente ficticio, su existencia encuentra un curioso eco en la paleontología real. En 2014, un equipo de científicos descubrió fósiles del Changyuraptor, un raptor de unos cuatro pies de largo que podía volar. Si bien el tamaño del Mutadón en la película es mucho mayor y su aspecto más grotesco, este hallazgo respalda la posibilidad de un raptor con habilidades aéreas, lo cual otorga un toque de verosimilitud científica a la criatura cinematográfica.