En la última década, Pedro Pascal se ha convertido en uno de los actores más queridos del cine y la televisión. Su carisma natural, su cercanía con los fans y su talento actoral lo han llevado a protagonizar algunas de las producciones más exitosas de la industria. Desde su participación como Oberyn Martell en Game of Thrones hasta su conmovedor papel como Joel en The Last of Us, Pascal ha sabido ganarse el corazón del público y de la crítica por igual.
Recientemente, el actor chileno ha dado un nuevo paso en su carrera al integrarse al Universo Cinematográfico de Marvel. Su participación en Los 4 Fantásticos: Primeros pasos, uno de los títulos más esperados del MCU, confirma su estatus como figura global. Pero, detrás del éxito actual, hay una historia de infancia marcada por la fascinación por el cine y por las películas prohibidas en casa.
La película que Pedro Pascal vio a escondidas
Como muchos otros, el actor de Extraña forma de vida y Gladiador 2 creció rodeado de películas que sus padres consideraban inapropiadas para su edad. Esa tensión entre la curiosidad infantil y las reglas impuestas suele dejar una huella indeleble en quienes descubren en el cine una forma de escapar o de entender el mundo. En su caso, hubo un filme que se convirtió en objeto de deseo, un símbolo de rebeldía y una inspiración temprana para su vocación actoral.
Marvel Studios
La película en cuestión fue El club de los cinco, un clásico adolescente dirigido por John Hughes que marcó a toda una generación en los años 80. Paradójicamente, aunque Pascal creció durante esa misma década, su padre le prohibió verla. El argumento paterno era claro: “Son un montón de chicos quejándose de sus padres”, recordó el actor entre risas durante su participación en Late Night with Seth Meyers. Esa resistencia solo hizo crecer el interés del joven Pedro por una historia que intuía como vital.
Universal Pictures
La clasificación R de la película complicaba aún más las cosas: no podía verla en cines y tampoco en casa, incluso cuando salió en VHS. Pero finalmente, el destino (y la falta de niñera) se alió con él. Cuando tenía poco más de diez años, sus padres decidieron dejarlo, junto con su hermana mayor, al cuidado del televisor. “Nos dijeron: ‘La vamos a rentar para ustedes, solo pónganla en el reproductor, rebobínenla y vuelvan a verla’. Así fue como por fin la vi”, relató Pascal, a quien próximamente veremos en Amores materialistas y Eddington.
Aquel primer visionado clandestino dejó una huella profunda. La historia de cinco adolescentes castigados un sábado en la escuela, con sus miedos, frustraciones y vínculos inesperados, no solo lo conmovió, sino que probablemente sembró la semilla de su amor por la actuación. El club de los cinco sigue conectando con nuevas audiencias por su retrato sincero del desencanto juvenil, a pesar de sus limitaciones narrativas vistas desde el presente.