En streaming: Este thriller es simplemente una obra maestra del director de ‘El club de la pelea’ y ‘Seven’
Luis Fernando Galván
Desde 'El arca rusa' de Aleksander Sokurov hasta 'Museo' de Alonso Ruizpalacios, me encantan las películas que se desarrollan al interior de los museos. Como historiador del arte, me interesa explorar los vínculos que existen entre la pintura y el cine como medios de expresión visual.

Este filme, disponible en Prime Video y Disney+, despliega un misterio lleno de giros inesperados, manipulación y tensión extrema. Una desaparición se convierte en un laberinto de engaños donde la verdad y la mentira se confunden peligrosamente.

David Fincher se ha consolidado como uno de los directores más influyentes del cine contemporáneo gracias a su estilo posmoderno, caracterizado por explorar los límites de la narrativa y la psicología humana. Obras como Seven, El club de la pelea y Zodiaco muestran su habilidad para combinar tramas densas con una atmósfera visual meticulosamente construida, donde cada plano parece pensado para generar tensión y reflexión.

Además, Fincher se distingue por su fascinación por la tecnología y la modernidad, reflejada en películas como Red social, El curioso caso de Benjamin Button y La chica del dragón tatuado. En estos trabajos, la narrativa se entrelaza con un manejo preciso de la cámara, iluminación y ritmo, creando un universo visual frío y calculado que enfatiza la alienación de los personajes. La exploración de la condición humana, la mentira y la ambigüedad moral se convierte en una constante en su filmografía.

Perdida
Perdida
Fecha de estreno 2 de octubre de 2014 | 2h 29min
Dirigida por David Fincher
Con Ben Affleck, Rosamund Pike, Neil Patrick Harris
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4,2
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‘Perdida’: el thriller que confirma a David Fincher como maestro del suspenso

Perdida, basada en la novela homónima de Gillian Flynn, se inscribe perfectamente dentro del canon fincheriano. La película sigue la desaparición de Amy Dunne, interpretada por Rosamund Pike, y cómo su esposo Nick, encarnado por Ben Affleck, se convierte en el principal sospechoso ante la presión mediática y social. Desde el inicio, Fincher emplea su característico enfoque estético, con una iluminación impecable y un ritmo calculado que transforma cada escena en un estudio visual de la descomposición de la vida marital.

El guion, escrito por la misma Flynn, funciona como un tablero de ajedrez donde cada personaje es un jugador que oculta secretos y manipulaciones. Nick se enfrenta no solo a la investigación policial, sino también al escrutinio público, con medios sensacionalistas y vecinos curiosos que intensifican la sensación de paranoia y desesperación. La narrativa permite explorar los aspectos más oscuros de la relación entre Amy y Nick, desde la desconfianza hasta la traición.

Twentieth Century Fox

Fincher convierte Perdida en un thriller sofisticado que, bajo una apariencia de B-movie, despliega un pulido estético digno de un cineasta obsesionado con el detalle. La colaboración con el director de fotografía Jeff Cronenweth refuerza la sensación de frialdad y control, mientras que la construcción de la tensión se ve reforzada por la música y la edición precisa. Cada escena es una oportunidad para que el espectador observe los comportamientos más retorcidos de los personajes.

Twentieth Century Fox

Rosamund Pike y Ben Affleck frente al suspenso más inquietante de Fincher

Si bien la película tiene un ritmo deliberadamente pausado en algunas secuencias, Fincher utiliza esta decisión como una herramienta para profundizar en los personajes y en su mundo, mostrando la banalidad de la vida cotidiana y los pequeños detalles que encierran grandes traiciones. La historia, más que centrarse únicamente en la resolución del crimen, es un análisis de la manipulación, la comunicación fallida y la naturaleza dual del ser humano, lo que la eleva por encima de un thriller convencional.

En conjunto, este filme confirma al director de La habitación del pánico y El asesino como un maestro del thriller contemporáneo, capaz de combinar estética, narrativa y psicología en un producto que atrapa al espectador desde la primera escena. La película no solo entretiene, sino que invita a reflexionar sobre la fragilidad de las relaciones humanas y la facilidad con la que la verdad puede ser distorsionada, consolidando su lugar en la filmografía de un director que ha sabido convertir la oscuridad en arte cinematográfico.

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