A lo largo de su carrera, Stephen King ha visto cómo su vasto universo literario se convertía en fuente inagotable de adaptaciones cinematográficas. Desde clásicos como Carrie de Brian De Palma hasta la emblemática El resplandor de Stanley Kubrick, el autor estadounidense ha sido reinterpretado por algunos de los directores más influyentes de la historia del cine. Sin embargo, entre tantos proyectos aprobados, rechazados y reformulados, existen tres nombres con los que King siempre soñó trabajar, pero nunca logró concretar colaboración alguna.
El creador de Cujo y Cementerio maldito, acostumbrado a ver cómo sus relatos son moldeados según la visión de otros, expresó en diversas entrevistas que lo que realmente deseaba no era una nueva adaptación, sino crear material original junto a cineastas capaces de comprender su sensibilidad narrativa. En el libro Bare Bones: Conversations on Terror with Stephen King, reveló una lista de directores que admiraba profundamente y con quienes habría querido desarrollar historias inéditas, alejadas del formato convencional de las adaptaciones.
United Film Distribution
Los proyectos secretos que Stephen King no ha podido hacer realidad
El primero de esos directores es Steven Spielberg. King confesó que estuvo a punto de escribir Poltergeist antes de que el guion recayera en manos de otros, una experiencia que lo dejó con la sensación de haber perdido una oportunidad única. Según el autor, Spielberg representaba el equilibrio perfecto entre el horror y la emoción humana, un terreno donde las pesadillas podían convivir con la esperanza. Imaginaba que su unión podría haber dado lugar a un proyecto donde el miedo surgiera no de lo sobrenatural, sino de los vínculos familiares y la pérdida, un tipo de terror que ambos dominaban a la perfección.
Otro de los nombres que Stephen King menciona es Don Siegel, el realizador detrás de Invasion of the Body Snatchers. King admira su capacidad para combinar la tensión política con el horror existencial, una mezcla que encajaría con los mundos paranoicos y claustrofóbicos que el escritor suele construir en sus novelas. Siegel, según King, entendía que el verdadero terror no provenía de los monstruos exteriores, sino del miedo a perder la identidad o a ser absorbido por la masa, un tema recurrente en su propia obra.
Paramount Pictures
La violencia y cruda visión de Sam Peckinpah que fascinaba a Stephen King
El tercero es Sam Peckinpah, célebre por películas como Perros de paja y La pandilla salvaje. King considera que Peckinpah poseía una visión cruda y violenta del alma humana que podría potenciar el lado más oscuro de sus personajes. En palabras del autor de It y Camina o muere, Peckinpah sabía capturar la violencia no como un espectáculo, sino como una consecuencia emocional del dolor y la desesperanza, una mirada congruente con el universo moralmente ambiguo de King.
New Line Cinema
En esa misma conversación, King también recuerda con cariño su colaboración con George A. Romero, con quien realizó Creepshow y el proyecto televisivo The Stand. Comparte que trabajar con Romero fue una experiencia liberadora, pues el director de La noche de los muertos vivientes compartía su fascinación por el terror social y la sátira del comportamiento humano. Soñaba con realizar junto a él una producción de larga duración para televisión, convencido de que si Romero tuviera nueve horas de metraje, sería capaz de provocar un infarto colectivo en todo Estados Unidos.
Hoy, cuando las adaptaciones de Stephen King se multiplican en plataformas de streaming, muchas de ellas de calidad dudosa, resulta inevitable imaginar lo que habría surgido de esas colaboraciones soñadas. Si bien directores como Edgar Wright intentan revalorizar su legado con nuevos proyectos como The Running Man, la posibilidad de ver a King escribiendo material original junto a Spielberg, Siegel o Peckinpah sigue siendo uno de los grandes “hubieras” del cine de terror contemporáneo.